Las ensaladas con fruta siempre son un gran acierto y es que su toque fresco y dulce le va genial a este tipo de preparaciones. La piña es para esto una candidata ideal y uno de sus mejores compañeros en estas elaboraciones son los langostinos o las gambas . Esta ensalada es ideal para los días de fiesta, para servirla como acompañamiento o entrante ligero cuando también vamos a poner sobre la mesa platos más pesados de carne o guisos. En este caso, además de piña y langostinos , hemos utilizado aguacate y tomate cherry. Puedes servirlo tal cual o ponerlo sobre una base de mezcla de lechugas bien crujientes si necesitas aumentar la cantidad . La cebolla es opcional pero si no vas a ponerla por su sabor fuerte aunque te guste, al final tienes un consejo que te ayudará a rebajarlo y te permitirá disfrutar de ella cruda. Parte fundamental de esta ensalada (y en realidad de cualquiera) es el aliño. Es fundamental medir bien las cantidades para que las proporciones sean las correctas y los sabores combinen perfectamente. Un truco que puede que le hayas oído al chef Jordi Cruz es poner tres partes de aceite por una parte de vinagre y para medirlas, nada mejor y más sencillo que usar unas cucharas soperas. Consejos: ¿Quieres evitar ese regustillo picante que deja la cebolla cuando la comemos cruda ? Introduce la cebolla en un bol con agua y un chorrito de vinagre y déjala reposar mientras preparas el resto de ingredientes para hacer tu ensalada, luego escúrrela y enjuágala con agua corriente antes de ponerla en el plato. Si has decidido ponerle lechuga a tu ensalada pero se te ha quedado un poco apagadilla, después de lavarla bien, introduce las hojas en un bol de agua fría con hielos y déjalas unos minutos. ¡Revivirá por completo!