¿Alguna vez has escuchado una croqueta ? Pues Esther Manzano podría escribir páginas al respecto, porque la asturiana las elabora con ese sentido que tanto se emplea en el espacio doméstico y que apenas se menciona en las críticas de restaurantes, como es el oído . Esther es capaz de dar por bueno el punto líquido de la bechamel con solo acercar y agitar una croqueta a su oreja. Es ella quien gestó la receta, quien consiguió equilibrar el crujiente externo con su extrema cremosidad interna y quien sigue preservándola. Las croquetas de Casa Marcial son una insignia que se ofrecen desde el primer día, en 1993, y su demanda es tal que sigue codeándose —igual que la fabada , el arroz con pitu de caleya y el arroz con leche — con los platos de vanguardia del restaurante. Estas piezas de orfebrería también ocupan un espacio privilegiado en las cartas del resto de establecimientos de la familia, e incluso en Reino Unido, gracias a los locales de Ibérica, la marca internacional de su hermano Nacho Manzano . Si os lanzáis a seguir la receta , no dudéis en etiquetarnos en vuestras fotos. Queremos ver cómo escucháis a vuestras croquetas.