No es una mousse pero esta crema de chocolate es tan ligera que resulta ideal para poner un broche dulce a cualquier comida en buena compañía . Y lo mejor de todo es que no tardarás nada en hacerla . El adorno, la filigrana de chocolate, es totalmente opcional pero hacerlo no te llevará mucho más tiempo y el resultado es todavía más espectacular. La crema se hace en dos pasos básicamente, el primero es el de infusionar la nata con la vainilla añadir el azúcar glas. Procura escoger una nata de buena calidad que contenga al menos un 35% de materia grasa. El segundo paso es trocear el chocolate y fundirlo dentro de la nata. No te compliques demasiado a la hora de trocearlo porque hacerlo con un cuchillo es bastante engorroso. Sin sacarlo de su propio envoltorio, golpéalo repetidas veces con una mano de mortero o con un rodillo de cocina. Luego solo tendrás que sacar los trozos con cuidados y agregárselos a la nata caliente. Cuando esté bien disuelto, ponlo en copas o boles individuales y refrigera. Para hacer la filigrana de adorno también hay que fundir chocolate pero es mejor atemperarlo un poco antes de formar el dibujo. Pasa el chocolate a una manga pastelera con una boquilla fina y haz los dibujos que desees sobre papel de horno. Deja que se solidifique y luego decora con ellos las cremas. Consejos: Puedes infusionar el chocolate con cardamomo, jengibre, peladura de naranja y canela si quieres darle un toque más navideño a este postre. Son sabores típicos esa época y al chocolate le van de maravilla. Acuérdate de retirar las ramas, la peladura y las vainas antes de fundir el chocolate para que luego nadie se las encuentre. Para crear contraste de colores y conseguir una presentación más sofisticada haz la filigrana con chocolate blanco y añade una frambuesa o unos arándanos rojos en cada copa.