Los coulants son uno de los postres favoritos de los fans incondicionales del chocolate y es que hay pocas cosas que se puedan comparar a la mezcla de bizcocho calentito con el chocolate líquido del centro. Vamos, una de esas maravillas culinarias que pedimos en los restaurantes sin atrevernos a hacerlas en casa. Y es que siempre nos surge la duda de cómo meterán ahí dentro ese caldito chocolateado en el que nos encantaría hasta mojar pan (o incluso bañarnos). Pues no, conseguir ese "relleno" no requiere de una obra de ingeniería sino de un poco de paciencia. Hay varias maneras de hacerlo pero esta que os proponemos en la receta es la que mejor nos ha funcionado: congelar los coulants durante 3 horas antes de hornearlos. De esta manera, conseguimos que queden bien hechos por fuera pero que el interior se funda lentamente y llegue líquido a la mesa. En esta receta sí que es importantísimo controlar bien los tiempos y las temperaturas del horno . Nuestro consejo es que si planeas hacerlos para una ocasión especial, los hagas una o dos veces antes para tomarle la medida al tuyo. Ya sabes que no todos alcanzan las mismas temperaturas y que a veces no lo hacen de manera uniforme así que conviene ensayar para darles el punto exacto el día que toque lucirse. Consejos: La calidad del chocolate que compres va a determinar lo rico que te queden los coulants así que elige uno que tenga al menos un 52% de cacao, aunque puedes subir un poco el porcentaje, hasta el 70% si te gusta el amargo. Puedes decorar tus coulants también con azúcar glas, quedan muy bonitos así, y servirlos acompañados de un clásico helado de vainilla o, si te apetece innovar, de violetas o de mandarina que también le van muy bien al chocolate.