Ya tenemos aquí la temporada de calçotadas . Estas comidas festivas al aire libre, originarias de la zona de Tarragona, concretamente de Valls, y que ahora se han extendido por toda Cataluña y también por España, tienen al calçot , una cebolla blanca con un tallo blanco más largo de lo habitual, como principal protagonista. La forma típica de cocinar los calçots es sobre el fuego, con la llama muy viva tocándolos directamente, hasta que quedan casi carbonizados. Luego, mientras se hacen el resto de calçots, se envuelven con papel de periódico hasta su consumo. Para comerlos como manda la tradición, hay que quitar las hojas quemadas, estirando a la vez las hojas exteriores. Una vez limpio el calçot, solo te quedará mojar la parte blanca en la salsa romesco y llevarlo a la boca entero. El interior es tierno, con un sabor muy delicado y algo dulzón. Una auténtica delicia. Si te apetece preparar tu propia calçotada en casa, pero no tienes un patio exterior o una barbacoa para realizarla, no te preocupes: puedes asar los calçots a la plancha . Y para que la experiencia sea todavía más auténtica, también te contamos cómo elaborar la tradicional salsa que los acompaña: la salsa romesco. Seguro que repetirás. Puedes acompañar los calçots, por ejemplo, con unas brochetas de pollo con mostaza y miel , unas chuletas con verduras asadas o unas brochetas de butifarras variadas . Consejos y apuntes sobre las cebolletas o calçots a la plancha con salsa de romesco y salsa de queso Aunque la temporada de calçots va desde noviembre hasta abril, cuando más se consumen es en enero, febrero y marzo. El calçot tiene una forma alargada, muy característica, que se consigue gracias a la forma en la que se cultiva. La cebolla se tapa con más tierra (se calza) y esto la obliga a crecer para buscar la luz. A la hora de comprar los calçots, piensa que cada persona suele comer entre 15 y 20 calçots. Si hay niños en casa, calcula algunos menos. Coloca en la mesa varios cuencos con la salsa romesco y la salsa de queso . Así los comensales podrán mojar el calçot sin problemas.