Los bizcochos de frutos secos son una delicia que, además de mimar nuestro paladar, cuidan nuestro organismo, aportándonos todos los beneficios de los frutos secos, que son ricos en nutrientes esenciales, cuidan la salud del corazón, el cerebro y la piel y fortalecen los huesos, entre otras virtudes. En este caso, hemos elegido nueces , pero la receta funciona igual de bien con almendras, avellanas, pistachos, anarcados... Lo que sí es verdad es que las nueces combinan superbien con la canela , que es la especia elegida para aromatizar este bizcocho. La receta no tiene ninguna dificultad: se trata de elaborar una sencilla masa de bizcocho y luego hornearlo el tiempo y a la temperatura indicados en la receta. Aunque en Cocina Fácil hemos preparado una corona de bizcocho , puedes elegir cualquier otro molde para hornear el bizcocho. Si tienes uno circular y quieres que el bizcocho tenga un agujero central, como el de la foto, puedes poner un aro de emplatar en el centro del molde para conseguir la forma de corona. ¿Cómo quitar la pielecilla que recubre las nueces? La piel que recubre las nueces puede ser ligeramente amarga y en ocasiones se prefiere quitarla antes de comerlas o utilizarlas en recetas. Aquí tienes un método sencillo para eliminarla: Tuesta las nueces (opcional): puedes tostar las nueces ligeramente en un horno precalentado a 150-175°C durante 5-10 minutos. Este paso es opcional, pero tostar las nueces puede facilitar la eliminación de la piel y darles un sabor más profundo. Enfriamiento: deja que las nueces tostadas se enfríen un poco, pero aún estarán tibias al tacto. Este paso es importante para evitar que las nueces se endurezcan y se vuelvan más difíciles de pelar. Envuelve las nueces: coloca las nueces tibias en un paño de cocina limpio. Dóblalo o enróllalo para cubrir las nueces. Frota las nueces: sujeta el paño con las nueces y frótalo vigorosamente entre tus manos durante unos segundos. El calor y la fricción ayudarán a aflojar la piel. Desenvuelve las nueces: abre el paño y saca las nueces. Notarás que la piel se ha aflojado. Retira la piel: puedes quitar la piel de las nueces frotándolas suavemente con los dedos o presionándolas entre dos paños de cocina limpios. La piel debería desprenderse con facilidad. Lava las nueces (opcional): si deseas eliminar cualquier residuo de piel restante, puedes enjuagar las nueces bajo agua corriente. Asegúrate de secarlas bien antes de usarlas en recetas o almacenarlas.