El arroz es el mejor amigo de multitud de verduras y tipos de carne. En realidad, se lleva de maravilla con prácticamente cualquier alimento que se nos ocurra pero nos da la sensación de que hacerlo con unas setas, sean del tipo que sean, siempre es buena idea . Da igual si lo planteamos en forma de risotto o en un salteado de estilo asiático. Es una combinación que triunfa siempre. Esta receta en concreto lleva muchos otros vegetales entre los que destacan el brócoli, los guisantes y los pimientos de varios colores. Se enriquece con un buen caldo de verduras (¡qué bueno es tener unos tarros siempre preparados en el congelador para improvisar estas recetas!) y lleva dos tipos diferentes de cebolla que le dan más color todavía. En realidad, admite todo tipo de vegetales así que si tienes en la nevera algún calabacín o berenjena despistados, atrévete a sumárselos. Y es que, si algo hace apetecible a este arroz es su gran colorido. El amarillo del propio arroz es fruto del uso de azafrán , una especia muy apreciada y singular que gana enteros si se tuesta antes ligeramente envuelta en papel de aluminio. También se puede añadir directamente al caldo pero así potenciarás su sabor y le sacarás mucho más partido. Consejos: ¿Qué setas es mejor elegir para esta receta? Nuestra recomendación es que elijas unas que a ti te gusten (y encuentres de temporada en el mercado). Las portobello le van muy bien a este arroz pero unos sencillos champiñones o unas exóticas shiitake también le irán de maravilla. Otra buena idea es optar por un combinado de varios de tipos de setas diferentes, con esas acertarás seguro. El azafrán es un imprescindible en la cocina y no debería ser sustituido por esos colorantes en polvo que venden en los supermercados y que no aportan gran cosa salvo color amarillo. Puedes comprarlo en polvo o usarlo en hebras, aunque sea caro, solo hacen falta unas pocas para conseguir un sabor espectacular. Otra opción es recurrir a la cúrcuma que también da color y un sabor sutil pero diferente.