Por todos es sabido que los asturianos —como el resto de habitantes de la cordillera cantábrica— presumen de su buen hacer con el arroz con leche . Desde tiempos remotos, sus fabulosos pastos y su ganadería han brindado una gran cantidad y calidad de leche que está muy presente en sus cocinas, como muestran sus quesos y mantequillas, y tantas preparaciones tradicionales como las cuajadas, las natas vaqueiras, los frixuelos, los bollu preñaus, los suspiros... En Casa Marcial (La Salgar, Asturias) y en el resto de establecimientos familiares, utilizan la leche de las ganaderías de sus vecinos, con todo el sabor y nutrientes que conlleva. Su técnica de agregar lentamente la leche a medida que se evapora puede suponer 3h cuando emplean 10 litros, y se asemeja a la elaboración de un risotto , resultando un arroz con leche cremoso que se culmina con el requemado del "gabitu", el palo a fuego vivo que provoca una instantánea caramelización, crujiente y sabrosa. Ese toque no solo conecta con la memoria de la lumbre y de las cocinas de carbón cantábricas, también con el recuerdo que Esther y Nacho Manzano conservan del arroz con leche de su madre . Sin más dilación, su laureada receta.