La Rioja, tierra histórica de bodegas, es el escenario de Moncalvillo Meadery, un proyecto innovador que une apicultura, enología y gastronomía alrededor de una de las bebidas más apreciadas a la largo de la historia, el hidromiel, resultante de la fermentación de un mosto preparado con agua y miel. Por el momento suma 150 colmenas y produce su propia miel de forma sostenible, además de comprar partidas a apicultores locales.
Detrás de la aventura artesanal se halla la familia Echapresto, responsable del restaurante Venta Moncalvillo* de Daroca de Rioja, el municipio de 20 habitantes donde se erige el proyecto, que además es el pueblo más pequeño del mundo con estrella Michelin. A los hermanos Carlos e Ignacio Echapresto, que ejercen respectivamente como sumiller y chef, se les une el hijo de Carlos, Ismael, también vitivinicultor; y Sergio Sáenz, enólogo, apicultor y productor de hidromieles. “Queremos reivindicar el valor gastronómico de esta bebida milenaria que se produce con recursos naturales (agua y miel) y que se elabora en un entorno rural como el nuestro, porque nosotros seguimos apostando por la vida en los pueblos, con proyectos que pongan en valor su cultura y ayuden a asentar población”.
Hidromieles con crianza en barrica
“La crianza en barrica y la maduración en botella es nuestro elemento diferencial, ya que es un producto con un gran potencial de envejecimiento. Su calidad no deja de mejorar con el tiempo. Las variedades de mieles utilizadas en la fermentación, así como la añada, juega también un papel fundamental, ya que cada cosecha de miel otorga a los hidromieles unas características definidas”, comenta Sáenz.
Al tratarse de un producto natural es de fácil digestión, no produce resaca y, al no contener gluten, es apta para celíacos.
De momento han puesto su foco en crear hidromieles de alto valor gastronómico, que van desde las elaboraciones más secas (similares a vinos blancos), a semidulces y dulces, obteniendo una bebida que plantea una más que interesante opción de armonía por su alto contenido en “umami”. Además, al tratarse de un producto natural, es de fácil digestión, no produce resaca por la fácil absorción de los azúcares naturales de la miel y, al no contener gluten, es apta para celíacos.
Asimismo, gracias al hidromiel se amplía y dinamiza las posibilidades de maridaje de Venta Molcalvillo*, dado que el hidromiel permite a Carlos Echapresto (Premio Nacional de Gastronomía al Mejor Sumiller), superar ciertas complicaciones que platos como verduras amargas y ácidas, escabeches o vinagres presentaban en su encuentro con el vino.