El testimonio de Corinna Larsen (58 años) sobre cómo fue su relación con Juan Carlos I (84 años) parece sacado de una auténtica novela. La abogada alemana sigue con su relato en el polémico podcast 'Corinna y el Rey' donde expone que el rey emérito perdió la cabeza por ella hasta tal punto que le ofreció un título de princesa.
Corinna recuerda el momento en el que don Juan Carlos le pidió matrimonio: "Me llevó a uno de los salones y básicamente me dijo que me amaba. Que quería casarse conmigo y que quería vivir felices para siempre. Y entonces me pidió que casara con él", recuerda. Evidentemente, ese deseo nunca se fraguó: "Me di cuenta que el rey católico nunca podría divorciarse", manifestaba la alemana con cierto pesar.
La angustia y la dificultad de los últimos años hace que Corinna cambie su carácter. Su padre estaba muriéndose y don Juan Carlos viviendo su vida con otras mujeres, algo que la abogada no estaba dispuesta a consentir: "Estaba rodeado de personas que trataban de hacerle feliz y lo animaban a seguir con este plan tan loco. Y lo tendría que hacer simplemente porque ‘debes complacer al rey’. Y ahí es cuando te das cuenta de que para todos eres solo una plebeya que solo tiene que hacer lo que le dicen y esa no es la forma en que me criaron", explica.
Corinna Larsen en una imagen de 2014
Fue entonces cuando don Juan Carlos, para evitar que le dejara, la tentó con el nombramiento de un título nobiliario. Corinna pasaría a ser Su Alteza Real la Princesa de Borbón, un título falso con el que la protagonista entendió que el rey emérito nunca dejaría a su mujer. "Todo era una fantasía. No me lo tomé en serio. Lo tomé como un hombre que estaba bastante desesperado", recuerda.
Corinna temió ser "eliminada físicamente"
La separación entre Corinna y don Juan Carlos se tradujo en situaciones muy oscuras hasta el punto de que la alemana asegura que se sintió amenazada por el Rey y todo su entorno. En uno de los últimos capítulos, Larsen cuenta que el emérito la llamó en enero de 2015 para amenazarla de muerte de una forma muy peculiar. Según su versión, el emérito le dijo que estaba en Arabia Saudí con motivo del funeral del rey Abdalá, algo que ella interpretó como una amenaza: "Imagínate que le dicen al rey de Arabia Saudí que aquel generoso regalo que le había hecho su hermano a su amigo había sido robado por esta mujer malvada", asegura en referencia a los 65 millones de euros que recibió a modo de "regalo" por parte del emérito.
Corinna era consciente de la magnitud, de ahí que sintiera un empujón al suicidio: "Aquello destruyó cualquier pizca de esperanza que tuviera de volver a encontrar la paz o una vida feliz. Me di cuenta de los grandes esfuerzos que estaban realizando para destruirme, pero ahora estoy hablando de algo más que la destrucción de mi reputación; estoy hablando de la posibilidad de una eliminación física o de empujarme al suicidio”, sentenciaba.