El que un día prometió amor eterno a Isa Pantoja desde la portada de una revista, Alejandro Albalá (28 años), ahora lleva una vida alejada del mundo del corazón. Al menos, en parte. Por un lado, el joven se ha reinventado. Su nueva realidad pasa por la de ser un 'currito' completamente anónimo, feliz con su trabajo y su nuevo negocio. Un proyecto que montó con el dinero que obtuvo en su 'otra vida', cuando era personaje de la actualidad rosa y participaba en realities. El exyerno de Isabel Pantoja está orgulloso de su nueva profesión: estanquero. Y de ella habló orgulloso en una entrevista.
"Tengo un estanco gracias al dinero que tenía ahorrado de la tele”, contó en uno de los últimos 'Deluxe' al que acudió. después de que se publicaran unas fotografías de él encargándose de absolutamente todo en su nuevo negocio: desde reponer, sacar la basura, limpiar el local a, por supuesto, atender a los clientes.
“Hay que invertir entre 300.000 y un millón de euros. Me llamaban vago pero todo tiene su tiempo. En el estanco me encargo de todo", contaba Alejandro Albalá a María Patiño dándole todos los detalles de este nuevo trabajo con el que se ha reinventado. El nuevo negocio de Alejandro Albalá está en Carabanchel y él acude cada día, de lo más puntual. Tiene dos empleadas a su cargo y está encantado con este trabajo que le permite tener un horario de 9 de la mañana a 3 de la tarde y, además, vivir de manera desahogada.
“¿Cuánto puedes ganar al mes?”, quiso saber María Patiño en esa entrevista, a lo que él respondía: “Estoy contento”. Alejandro Albalá no quería dar una cifra. “¿Más de 3000 euros?”; preguntó en su día la periodista, “bastante más que menos”. Duda resuelta. Manejando unas cifras semejantes, no es de extrañar que el ex de Isa Pantoja se permita tener un piso en una de las zonas más caras de Madrid, el Barrio de Salamanca; y poder hacer frente a un ocio de lo más ‘premium’, tal y como enseña en las redes sociales. Donde, llamativamente, no cuelga nada de su día a día en el estanco.
Lleva las cuentas de su nuevo negocio y los pedidos; pero también despacha sellos y paquetes de cigarrillos, pasando por recargas de móviles y abonos transportes. No se le caen los anillos y está orgulloso de sí mismo. Afirmó que cuando el teléfono de la televisión dejó de sonar y las ofertas cesaron, pensó que había llegado el momento de barajar otras opciones. “Me apetecía invertir mi dinero con cabeza”, le contó a Lydia Lozano en su paso por el ‘Deluxe’ y parece que la jugada le ha salido redonda.
La reaparición de Alejandro Albalá en la televisión tras un tiempo alejado
Con solo 20 años, Alejandro Albalá conoció a una aún más joven que él Isa Pantoja. Ella tenía 18 años y acababa de romper con el padre de su hijo, Alberto Isla. Juntos iniciaron un romance plagado por los altibajos. Apenas eran unos adolescentes. Él quería ser piloto de avión pero esta ambición cambió cuando la televisión se cruzó en su vida. Desde entonces, el veinteañero se aficionó a los realites y le vimos pasar tanto por ‘GH Dúo’ como por ‘Supervivientes’. Además de conceder entrevistas en televisión en las que hablaba de sus vaivenes amorosos.
Junto a Isa, llegó a casarse y después a divorciarse en apenas unos meses, tomando caminos separados. Ahora, ella está casada y espera a su primer hijo con Asraf Beno y él decidió emprender en dicho negocio y adoptar un perfil más bajo. Al lado de Sofía Suescun, su siguiente relación más famosa, fue más despacio. Pero acabaron como el perro y el gato cuando Maite Galdeano, la madre de ella, empezó a criticarle en diferentes platós. Precisamente ha sido por algo relacionado con Sofía Suescun y su progenitora el motivo por el que Alejandro ha vuelto a televisión.
Cuando estalló el conflicto entre Maite y su hija, Alejandro acudió a 'Fiesta' para contar su experiencia con la concursante de 'Gran Hermano'. "La he sufrido igual que Kiko. No es por hacerlo grande, de verdad. Lo fue. Entiendo a Kiko, lo comprendo y le doy el pésame", dijo, refiriéndose a Galdeano. "Fue muy duro convivir con ella. Fue inaguantable, tipo yo estar en la ducha y ella entrar sin preguntar. Cosas de esas miles, que en una convivencia normal con 22 años no entendía nada", confesó.
A pesar de este escarceo, el joven sigue prefiriendo su vida normal y corriente. “Hasta ahora había vivido en lo superficial”, llegó a reconocer. Alejandro Albalá se alegra de haber dejado atrás el mundo del ocio nocturno, los bolos y los programas de televisión. Está encantado con este paso que ha dado.
“Encuentro a la gente más pura. Antes me rodeaba de gente superficial, de la noche, y todo el mundo se movía por interés… Aquí la gente te cuenta su vida, se abre a ti y le ves con un alma... que dices 'qué interesante'”. Ha tenido que invertir más de 300.000 euros para descubrirlo, pero, al menos, como él dice, “cada cosa lleva su tiempo”. De esta manera, Alejandro ha continuado adelante con su vida, dándole un giro que le ha hecho muy feliz.