Hace exactamente 20 días que Fernando, detenido como principal sospechoso por el triple crimen de Chiloeches, confesaba la autoría de los hechos. El joven que se enfrenta a prisión permanente reconocía entonces lo sucedido y explicaba cómo terminó con la vida de un matrimonio y su hija, Laura, en el mismo domicilio antes de prenderle fuego a la casa. Ahora, la Guardia Civil ha localizado pruebas clave en varias comunicaciones telefónicas entre los implicados que yacen sobre un informe.
Las conversaciones detrás del fatídico asalto tres semanas antes
El Grupo de Investigaciones Tecnológicas de la Guardia Civil ha finalizado un informe al que ha tenido acceso 'Vamos a ver' que se basa en las comunicaciones telefónicas previas al triple crimen de Chiloeches protagonizadas por Fernando, el autor confeso, Cristian, el novio de una de las víctimas y David, otro de los detenidos por complicidad. Los agentes de la Guardia Civil han reconocido estas conversaciones como pruebas objetivas del crimen. "Cristian y Fernando, por el mes de marzo, ya conspiraban sobre alguna acción que iban a llevar a cabo, posiblemente el robo en la vivienda de los hechos. Cristian y Fernando dirigían la acción que llevarían a cabo en el inmueble", aseguran las conclusiones de la Guardia Civil. Tal y como muestran las pruebas fehacientes, el robo que terminó en tripe asesinato estaba planeado 3 semanas antes.
Una vez que Fernando sabía que iba a cometer el asalto en el domicilio habitado es cuando le propone a su amigo que le acompañe. "Si aún te interesa hacer algo de lo que hablamos tengo algo pensado. Por si quieres quedar y que te comente", señala una de las pruebas recogidas en el citado informe. Tras esta primera conversación en la que convence a su amigo, existe un segundo diálogo donde hace la misma propuesta a otro chico en busca de ampliar el equipo de cara a su gran día. "El fin de semana, a lo mejor hace alta alguien con coche para dejarle vigilando y esperando en una calle por su no tienes nada mejor que hacer", señala Fernando. Este segundo amigo le responde que trabaja y queda excluido del plan. Poco después, el autor confeso de los hechos se pone en contacto con un tercer chico que acepta la propuesta. "Cuando andes por Pioz hablamos. Ha salido otra cosa para hacer, pero más serie. Es para esta semana", explica Fernando.
Entre las distintas pruebas recogidas en el informe, los investigadores han hallado una fotografía que arroja más pistas sobre el modus operandi del plan. El primer amigo de Fernando le envía la imagen de un espray de pimienta en una conversación del 25 de marzo. "Tengo una idea. Tengo unos espráis de pimienta por si hay que atarle para dejarlo ciego y que no dé problemas, pero mañana lo hablamos. Lo tengo disponible", señala este chico. La Guardia Civil ha concluido en el mismo informe que existía una conspiración para llevar a cabo el robo. "Hoy no se puede tío. Está el padre y Lura no quiere ir a cenar hoy. Hay que esperar y yo te digo Hasta que no te diga nada, tú no hagas nada", pide Cristian al cabecilla del plan. "Tú investiga a ver para hacerlo cuanto antes", señala Fernando. Todo apunta que Cristian no quería que hubiera nadie en la casa que opusiera resistencias durante el asalto.
No obstante, Fernando presionaba a su amigo para llevar a cabo el robo lo más pronto posible. "¿Al final esta noche se podría hacer eso? Que me da tiempo a llegar. Tengo conductor y todo planeado", dice Fernando. Tres semanas de intercambiar mensajes y planificar el asalto llegaba el día de los hechos. Fue el 13 de abril cuando Fernando entraba en a vivienda ocupada, robaba algunos objetos de valor y acababa con la vida de la joven Laura, su padre y su madre en el interior del inmueble. “Saqué el cuchillo y empezó a gritar todo el mundo. Fui dándole con el cuchillo. Cayó desplomado entre la cama y el mueble”, señala el propio Fernando sobre la muerte del padre de Laura. Poco después de cometer el triple crimen le prendía fuego a la casa, aunque no tiene muy claro cómo lo hizo. “Sobre el incendio entiendo que lo prendí yo. Estando bajo recuerdo que sonaba fuego arriba, eso también fue motivo para irme”, señala según las declaraciones a las que ha tenido acceso el citado programa.
Un móvil económico detrás del crimen
Al parecer, ninguno de los investigados trabajaba ni estudiaba. Todos ellos eran amigos y tenían por objetivo, con mayor o menor implicación: cometer un robo. Sin embargo, lo que pretendía ser un asalto sin mayores complicaciones se convirtió en una tragedia. Según las últimas informaciones, el plan que tenían entre manos era saquear una colección de relojes y sustraer 30.000 euros que la familia habría conseguido tras vender una casa de su pueblo. Esta era la vía de escape que Fernando había encontrado a la enorme lista de deudas que arrastraba desde hace tiempo. Según la declaración del hijo del matrimonio y único superviviente del crimen a la que ha tenido acceso el diario ‘ABC’, “eran sobre las tres de la mañana”. Tras el asalto, Fernando huyó de la casa con algunos objetos de valor. Poco después, las autoridades lo detenían en un hostal junto al botín.