Las populares monjas de Belorado continúan en el punto de mira. Su último movimiento fue anunciar un 'crowdfunding' para hacer frente a las numerables deudas que afrontan. Las religiosas deben costear varias facturas e impagos pendientes desde enero por la compra de sábanas de seda, nórdicos de alta gama e incluso, presuntos, iPhone y jamones ibéricos. Unos gastos que el Arzobispado de Burgos señaló que desconocía. Ahora, sus humildes bolsillos no pueden afrontar esta situación, por lo que han lanzado un 'crowdfunding' para conseguir las altísimas cantidades de dinero.
¿Qué es un 'crowdfunding'?
Las excomulgadas monjas pretenden recaudar 20.000€ en 23 días y, aunque parece una misión imposible, lo cierto es que ya han conseguido 2.123€ a través de esta iniciativa con casi medio centenar de donaciones. Esta práctica colectiva, que se conoce como 'recaudación de fondos', es un método de financiación en línea que se crea para conseguir un objetivo económico con el que poder costear un proyecto o algún tipo una inversión. En el caso de las religiosas, tratan de hacer frente al coste de varias facturas valoradas en miles de euros. Además, en su caso, han escogido 'Paypal' como servicio de pago para que los voluntarios realicen sus transferencias bancarias. Lo cierto es que este sistema de financiación es más común de lo que parece. De hecho, no solo se basa en una mera interacción económica, ya que quienes proporcionan algo de dinero pueden dejar también un mensaje que puede ser, incluso, anónimo.
"Me da igual que sean monjas. Es apoyar al pequeño contra el grande. Es una extorsión en toda regla", señala uno de sus donantes. Otro de ellos asegura que "la fé y las creencias no están sujeta a reglas y liturgias estrictas". "Soy ateo, pero lo que la 'Santa Madre Iglesia' les está haciendo es indignante", asegura uno de los donantes anónimos. Sin duda, las religiosas tienen más apoyo del que muchos creían. Algunos de sus donantes han proporcionado incluso 200€ para que las clarisas hagan frente a sus costosas deudas. Además de ser un fondo de financiación colectiva, el 'crowdfunding' puede utilizarse también como herramienta de marketing en la que enmarcar una campaña. De hecho, las religiosas no han perdido esta oportunidad por lo que han colgado un tajante mensaje en la página para que más voluntarios se sumen a la causa. "Pedimos ayuda para subsistir económicamente, dado que se nos han intervenido las cuentas bancarias y no podemos hacer frente a los gastos ordinarios de nuestra comunidad religiosa. Dios se lo pague", sostienen las excomulgadas en la página dedicada al 'crowdfunding'.
"Estamos recibiendo como consecuencia de este acto de fe y fidelidad a la Santa Tradición Secular de la Iglesia Una, Santa Católica y Apostólica: Insultos, calumnias, desamparo, aniquilación de la buena fama, coacciones, intentos de usurpación de Administración y propiedades, amenazas de desahucio y una campaña de odio y desprestigio público en medios de prensa y televisión", se puede leer en el portal web en el que consiguen las donaciones. Podría decirse que este movimiento de las religiosas se enmarca en un 'crowdfunding' de beneficencia. Es decir, un proyecto cuya participación voluntaria se lleva a cabo para paliar la situación económica de las clarisas. A pesar de ello, todavía no han alcanzado el 11% de su objetivo final. No obstante, la cantidad puede cambiar de la noche a la mañana en el plazo establecido con un aumento de las donaciones. Además, algo que deben tener en cuenta las clarisas es la comisión que cobran algunas de estas plataformas tras la recaudación fondos. La mayoría de ellas se embolsan entre un 2% y un 5% de la cantidad total.
El Arzobispado de Burgos mantiene su posición
Mientras que las clarisas pretenden conseguir los 20.000€ que tienen que afrontar pronto, continúan reprochando al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, que se las haya tachado de morosas públicamente. Además, Laura García de Viedma, conocida como 'la papisa', ha insinuado que el arzobispo tendría una presunta sanción del Banco de España. De momento, el tira y afloja de las religiosas excomulgas contra el Arzobispado de Burgos continúa en movimiento sin llegar a ninguna parte. Lo que sí está claro, más allá de las acusaciones, es que las religiosas deben hacer frente al impago de varias facturas que lleva reclamando varios meses el vendedor de las sábanas de seda y otros artículos de cama de lujo. Por si fuera poco, también se tambalea su estancia en el monasterio en el que residen sin pertenecer a la orden de la Iglesia Católica y la santa Fe que las amparaba antes de ser excomulgadas. Tal y como ha señalado Mario Iceta en varias ocasiones, si no muestran arrepentimiento tras su sutura con la Iglesia, no tienen ningún derecho a permanecer en el monasterio. De hecho, aseguró que las clarisas debían abandonar las dependencias monacales "en los primeros días de julio", algo con lo que no han cumplido. Sin embargo, todavía ninguna autoridad eclesiástica las ha sacado de allí.