El 1 de agosto conocíamos la decisión de la Fiscalía del caso de Daniel Sancho de no presentar un informe final antes de la sentencia, lo que llevaba a la defensa a considerar que sería positivo de cara a la decisión final, ya que entendían que "no ha podido sostener la acusación de asesinato premeditado", declaraba entonces el abogado de Rodolfo Sancho, Marcos García-Montes en una entrevista para 'Confilegal'.
En Lecturas hemos tenido acceso, en exclusiva, al alegato que sí ha presentado Metapon Suwancharen, letrado tailandés de la familia de Edwin Arrieta. En Tailandia no se entiende, como tal, la figura de la acusación particular, pero sí hay una representación de los demandantes y colaboración con el Ministerio Fiscal durante el proceso judicial, un acompañamiento legal a la familia que ha coordinado Juan Gonzalo Ospina junto a Beatriz Uriarse desde el despacho de Madrid. Analizamos las conclusiones que han hecho llegar al magistrado antes de la sentencia del próximo 29 de agosto en Koh Samui.
El informe final del abogado tailandés de la familia de Edwin Arrieta
Metapon Suwancharen, abogado tailandés de la familia de Edwin Arrieta, enviaba el 3 de julio un informe al tribunal de Koh Samui tras las conclusiones a las que habían llegado después del juicio en la corte de la isla. En ella, sostienen que había una intención de Daniel Sancho de viajar a Tailandia para terminar, presuntamente, con la vida del cirujano colombiano y se apoyan en "información del historial de viajes compartida con agentes de la Policía". En el documento se pueden leer las conjeturas que han alcanzado en lo que respecta al cambio de hotel, ya que en un principio se iban a alojar en el Panviman Resort, que "cuenta con habitaciones con puertas comunicantes y si hay ruido fuerte, las personas de las habitaciones vecinas lo escucharán" y el acusado reservaba otro, el Bougain Villas, que el abogado describe, para compartir sus conclusiones, como un lugar con casas, "con habitaciones separadas entre sí y un garaje entre cada casa, con una distancia de hasta cuatro metros y una valla rodeada de árboles".
Además de la dificultad para que cualquier sonido del bungaló número 5 pueda ser escuchado por el resto de inquilinos de la villa, Metapon hace referencia al "gran frigorífico, en el que puede colocar partes humanas". Después, detalla el listado de productos que el chef adquirió en el Big C Market de la isla de Koh Pha Ngan y en Limpipong Home Mart, entre los que está "el utensilio que ha utilizado el acusado para cometer el asesinato y para ocultar el cadáver", continúa con sus apreciaciones, ya que consideran que "si su intención era la de cocinar, tendría que haber comprado frutas, verduras y carne y prepararlas", algo que no figura en el ticket de compra, salvo el melón, la sandía y las uvas. En estos alegatos no hace referencia, en ningún momento, a la supuesta plastificación de la casa, tal y como apuntaba Two Yupa en el canal de 'Youtube' de 'Triun Arts', algo que Carmen Balfagón, portavoz de la familia Sancho, negaba tras publicarse esa información.
Presuntas contradicciones en el discurso de Daniel Sancho
En este informe final, el abogado tailandés también trata de exponer presuntas contradicciones que han detectado en el discurso de Daniel Sancho al contrastarlo con el atestado policial: "El imputado se puso en contacto con el fallecido para recogerle en el muelle. Viajó en motocicleta para llevar al fallecido al Hotel Bougain Villas y no se detuvieron en ninguna zona en el trayecto tras comprobar las cámaras CCTV". El acusado testificaba que paró a comer y que habría llevado a Edwin a la zona de Haad Rin, al Bob Marley Bar de Kho Pha Ngan, pero este documento trata de desmentir nuevamente ese testimonio, al igual que se plasma la consideración de que habría "creado una conversaciñon falsa a través de whatsApp diciendo que el acusado no podía encontrar al fallecido". Otra versión que no les convence después de escuchar la declaración del imputado es la de la relación entre él y su presunta víctima, ya que se pueden poner sobre la mesa, dice, las diferentes declaraciones y otros indicios.
Algunas de esas pruebas practicadas son, precisamente, conversaciones en la anteriormente mencionada aplicación de mensajería y también 'Instagram', donde "había enviado fotografías íntimas" y donde se demostraría que "se sentía bien con el fallecido". Aportan y repasan también las transferencias y la tarjeta que Arrieta habría entregado a Sancho, así como las intenciones de invertir en un restaurante, uno de los proyectos del chef en Madrid. Además, los abogados de la familia del cirujano consideran que de ser cierta la versión de los hechos del acusado que "quisiera terminar su relación y el fallecido quisiera tener relaciones sexuales y él se negara, podría haber avisado a la dueña del hotel, a los vecinos o a la policía para denunciarle", sin tener que entrar en esa supuesta pelea que sostiene la defensa y que terminaba con su vida en la habitación.
"Si el acusado no tenía intención de matar al difunto intencionalmente, cuando el demandado haya dañado físicamente al fallecido y se golpeara en la cabeza, podría haber solicitado ayuda al hotel, a los vecinos o a los guardias de seguridad, lo que hubiera permitido que el fallecido hubiera recibido tratamiento oportuno y no habría muerto", sostiene Suwancharen en el informe final de los demandantes.
Ausencia de arrepentimiento y la indemnización que solicitan
Juango Ospina, quien ha coordinado el equipo jurídico de los tres países (España, Colombia y Tailandia) para acompañar legalmente a la familia de Edwin Arrieta, ya incidía tras el juicio en esa "falta de arrepentimiento" que había observado en la declaración de Daniel Sancho y en el informe final vuelve a ponerse de manifiesto esa conclusión: "El demandado contestó a los dos abogados de los codemandantes en el contrainterrogatorio del 1 de mayo en el que no muestra culpabilidad por el incidente ocurrido".
En cuanto a la indemnización que finalmente solicitan al chef para los Arrieta, asciende a un total de 30.000.000 de baht tailandeses, que al cambio serían unos 785.608 euros, que consideran estaría justificado realizando el cálculo de los gastos funerarios y, sobre todo, la situación de desamparo en la que se quedan los padres del cirujano, ya que dependían económicamente de él y se han tenido en cuenta las cantidades percibidas por tu trabajo en la clínica colombiana en la que ejercía como cirujano estético, su presencia como accionista en una compañía y la vida laboral arrebatada con su presunto asesinato.