María José Campanario cumple años en su mejor momento

La mujer de Jesulín celebra treinta y siete primaveras

Cumple treinta y siete primaveras, y lo hace en su mejor momento. María José Campanario sopla hoy las velas y lo hará seguramente rodeada de los suyos. La mujer de Jesulín de Ubrique disfruta de una etapa de tranquilidad en todos los ámbitos de su vida. Madre de dos niños y odontóloga María José ha conseguido todo lo que se ha propuesto hasta ahora. Atrás quedan las peleas con Belén Esteban y el mal momento que atravesó el pasado año con su marido Jesulín de Ubrique. María José es una mujer renovada. Ha terminado la carrera y vive centrada en su familia, aunque quiere poder ejercer su profesión pronto. Sin embargo, de momento no tiene intención de montar una clínica dental por su cuenta.

La vida de María José ha cambiado mucho en los últimos años, desde que conoció al torero y se casó con el apenas un año después hasta hoy. Muy lejos queda su primera etapa, en la que María José se mostraba como una mujer poco segura de sí misma, tímida ante las cámaras y casi siempre detrás de Jesús. En aquel momento las peleas con Belén Esteban eran una constante y los rumores sobre una mala relación con el resto de la familia Janeiro también.

Sin embargo, con el tiempo, María José ha conseguido consolidar su papel y ha logrado que su matrimonio sea uno de los más estables y discretos del panorama social. No exentos de alguna polémica, Jesulín y su esposa intentan llevar una vida tranquila, volcados en el cuidado y educación de sus hijos. 

El pasado año, los rumores de una posible infidelidad por parte de Campanario volvieron a ponerles en el foco mediático. Ella estudiaba en Portugal y la ausencia del domicilio era caldo de cultivo para todo tipo de noticias, muchas veces infundadas. Pero finalmente, han sabido salir adelante y airosos. 

Hoy se muestran más unidos que nunca. Recién operada de una hernia discal, María José ha dicho adiós a sus problemas de vértigos y mareos y sonríe más que nunca. La mujer de Jesulín soplará treinta y siete velas rodeada de los suyos y con un futuro prometedor por delante.