“Unos que nacen, otros morirán/unos que ríen, otros llorarán…” Así canta nuestro Julio Iglesias, ya repuesto de sus males ciáticos. Unos se casan y otros se separan. En este caso estoy hablando de la pareja de doctores más mediática de nuestro país: Ramón Vila Rovira y Montse Folch. Después de haber operado (él) a media España, desde Belén Esteban a Karmele Marchante, pasando por algunos arreglillos a la que firma estas líneas, y haber adelgazado (ella) a la otra media España, desde Jordi González a Gloria Serra, pasando por la infanta Cristina y hasta Rociíto Carrasco, resulta que han decidido divorciarse, con mucha tristeza por ambas partes, eso sí, y no solamente por sus dos hijos. “Las historias de amor tienen su final. Lo nuestro fue una bonita historia de amor que ha durado veinte años”, me cuenta Ramón, y es cierto, porque, desde que se conocieron en la clínica Dexeus, no se han separado nunca, sus amigos damos fe de que pocas veces hemos visto una pareja más unida, tanto en el matrimonio como en la profesión. Pero, bueno, gracias a sus sistemas antiaging Ramón y Montse tienen unos cincuenta años de vida por delante y seguro que el Dios de las Segundas Oportunidades les sale pronto al paso, porque, recuerden, nunca hay arrugas en el corazón (y si las hubiera ahí está el buen doctor para arreglarlas y la doctora para aplicarle la dieta de la alcachofa).
Shhhit, aquí, aquí, escuchen, muy bajito. Algo está pasando con lo de Isabel Pantoja. Iba a actuar en el Liceo barcelonés a tropecientos mil euros la gala, ¿no? En septiembre. Puesta al habla con responsables de la programación del teatro, me han dicho, “no sabemos de dónde ha salido esa noticia, ni está, ni se la espera”. Y a mí que me suena la frase… tiene una tanta mili encima… Hala, adiós.