De todos es conocido que el 17 de marzo es el Saint Patrick’s Day, la mayor fiesta del año en Irlanda. Y mientras Dublín y muchísimas ciudades en el mundo como Boston, Nueva York o Madrid se preparan para vestirse de verde y celebrar este día por todo lo alto, cada vez son más los científicos agroalimentarios que consideran a San Patricio, el Santo Patrón de Irlanda, uno de los principales ambientalistas del mundo.
Y no es para menos, gracias a su labor misionera en este país, San Patricio dio valor al trébol, una planta humilde que, ahora, es contemplada como un elemento esencial en la sostenibilidad de la industria láctea de leche de pastos en Irlanda.
San Patricio y el trébol
Considerado el introductor del catolicismo en Irlanda, cuenta la leyenda que San Patricio, mientras predicaba, se valió del trébol de tres hojas para explicar el misterio de la Santísima Trinidad.
Para él, al igual que de un tallo de trébol nacen tres hojas diferentes, en el caso de la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo eran un todo. De esta manera, los lugareños lograron entender su significado y de allí el trébol de tres hojas pasó a ser el símbolo de Irlanda.
Un aliado para los pastos y… para las vacas
Las plantas necesitan de suelos ricos en nitrógeno para poder crecer y, durante miles de años y hasta la industrialización, los agricultores utilizaron fertilizantes naturales como el estiércol de vaca o las algas marinas para aportarlo.
La aparición de los nitratos químicos cambió totalmente la situación y se llegó a pensar que el trébol podía ser un "parásito" que se aprovechaba de los fertilizantes que se habían añadido a la tierra. Nada más lejos de la realidad.
Hoy en día se sabe que el trébol desempeña un importante papel en la conservación de los suelos y de los pastos. Una de las propiedades de esta planta es reintroducir el nitrógeno de forma natural desde la atmósfera.
Eso significa que los agricultores que cultivan trébol entre la hierba de sus campos, pueden reducir el uso de fertilizantes químicos hasta un 40 % menos. Cabe destacar, además, que el trébol es un sabroso manjar para las vacas y que, incluso, consigue aumentar la cantidad de leche que producen.
Pero eso no es todo, la incorporación del trébol en los pastizales ayuda a proteger la biodiversidad del campo ya que es una fuente importante de néctar para los insectos polinizadores, incluidas las abejas.
Vacas felices: productos lácteos sabrosos y de calidad
Lejos de otros sistemas de producción lechera, que tienen a las vacas encerradas y estabuladas recibiendo piensos producidos a partir de cultivos intensivos, en Irlanda, las vacas lecheras pacen al aire libre en campos llenos de tréboles hasta 300 días al año. ¿El resultado? No podría ser mejor.
La leche que se produce en los pastos de Irlanda es una de las más deliciosas del mundo y da lugar a los mejores productos lácteos. Y buena prueba de ello es la mantequilla, con sal o sin sal, y las distintas variantes del exquisito queso Cheddar, comercializadas baja la marca Kerrygold.