La mayoría de europeos, casi el 70 %, manifiestan un gran interés por la seguridad alimentaria, pero muchos de ellos consideran que las informaciones que se refieren a ella son demasiado técnicas y difíciles de comprender. Por este motivo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 y la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), acaban de lanzar la campaña #Safe2EatEU para que toda la ciudadanía conozca de una manera más clara y precisa los diversos aspectos de la seguridad alimentaria.
La campaña, además de reconocer la importancia de las normas de seguridad alimentaria establecidas en la UE, gracias a las cuales tenemos la certeza que todos los alimentos que compramos son seguros, hace hincapié, entre otros aspectos, en las técnicas adecuadas de manipulación de alimentos, en la importancia de leer las etiquetas y en el fomento de prácticas que ayuden a reducir el desperdicio de alimentos.
Cabe señalar que, aunque todos los actores del sector alimentario (agricultores, empresas, restaurantes…) trabajan para que todo el proceso sea seguro y podamos consumir alimentos con total tranquilidad, los ciudadanos, desde casa, también podemos colaborar. Aquí te damos algunas reglas.
Manipula bien los alimentos
Para evitar la proliferación de patógenos, además de trabajar en un entorno limpio y lavarse las manos antes de manipular alimentos y siempre que sea necesario, especialmente después de ir al baño, debes evitar que los alimentos crudos estén en contacto con los cocinados para esquivar contaminaciones cruzadas, incluidos los cuchillos y tablas de corte que utilices.
También procura que estos se cocinen minuciosamente para que no queden partes crudas y que se mantengan a temperaturas seguras, en la nevera o durante el cocinado. Otro punto importante se refiere a la descongelación de los alimentos, lo más seguro es dejarlos en el frigorífico.
Finalmente, dos consejos más: lava las frutas y verduras, especialmente si las comes crudas, y utiliza agua limpia o tratada para que sea segura.
Mira las etiquetas
Según la normativa comunitaria, todos los alimentos envasados deben incluir etiquetas informativas en las que se indique la fecha de caducidad o la fecha de consumo preferente para informar a los consumidores sobre cuánto tiempo pueden conservar esos productos en sus hogares.
Aunque estos dos términos ya hace tiempo que se utilizan, todavía hay personas que los confunden. La fecha de caducidad indica que, una vez pasada esa la fecha, el producto ya no es seguro y podría causar problemas de salud. Mientras que la fecha de consumo preferente se refiere a su calidad.
Así, si la persona consumidora ha seguido las instrucciones de almacenamiento indicadas en el producto, este podrá consumirse después del plazo, aunque, eso sí, no se garantiza que conserve sus propiedades organolépticas.
Reduce el desperdicio de alimentos
Además de leer las etiquetas de los alimentos y establecer un orden en nuestra despensa o nevera para que los alimentos no acaben en la basura porque han caducado, también hay otras medidas que puedes seguir para minimizar el desperdicio de alimentos. Planificar las comidas, utilizar los sobrantes para realizar otros platos y comprar solo lo que se necesita, son algunas de ellas.