Ya faltan solo días para que Daniel Sancho conozca el dictamen del juez del Tribunal Provincial de Koh Samui en el que fue procesado, aunque la condena seguramente no le sorprenderá a nadie: el hijo de Rodolfo Sancho acusado de matar presuntamente y descuartizar al colombiano Edwin Arrieta será sentenciado a cadena perpetua o incluso a pena capital.
Así las cosas, en ‘Lecturas Diario’ queremos recapitular, una a una, todas las pruebas e indicios de la acusación y la fiscalía por las que consideran que el joven chef, ahora mismo en prisión preventiva a la espera de veredicto, es el asesino del cirujano de 44 años. Una aclaratoria síntesis a partir de una investigación liderada por las autoridades policiales tailandesas y un denso juicio con más de 55 testigos desde que el 3 de agosto de 2023 se produjera el supuesto asesinato en Tailandia.
Él mismo se declaró 'autor confeso'
El primer hecho que prueba la muerte de Arrieta, presuntamente accidental, es la propia confesión del madrileño pocos días después del suceso. Evidentemente no declara que preparó el asesinato, pero sí que al menos corrobora una de las posteriores acusaciones durante el juicio: el descuartizamiento en 17 partes del cadáver y la ocultación de estas en varios puntos de la Koh Phangan, al sur del país oriental.
Él mismo informó a la policía hace un año, voluntariamente, que desmembró el cuerpo del cirujano y lo distribuyó en varias bolsas de basura que ocultó en contenedores de basura e incluso en el mar, pero, ¿en qué argumentos se basan los abogados de los Arrieta y los fiscales tailandeses para considerar que la muerte de Edwin no fue el desafortunado resultado de una acalorada pelea sino un supuesto asesinato premeditado?
Pues bien, un revelador informe de la Fiscalía publicado por ‘Vamos a ver’ en Telecinco explica detalladamente los tres delitos por los que ha sido procesado el nieto de Pepe Sancho: matar a otra persona con premeditación, ocultar o destruir en secreto un cadáver o partes del cuerpo para ocultar la muerte o causa de muerte y el de sustraer y destruir documentos ajenos -refieriéndose directamente al pasaporte del latinoamericano-.
Estos son sus tres supuestos delitos
Y es que según lo que ha trascendido en relación a las leyes tailandesas, la ocultación de cadáver conlleva una pena de cárcel de tan solo un año, por lo que para los abogados de la familia Arrieta y la fiscalía lo más determinante era probar el delito de asesinato premeditado, pues excepto el torso del fallecido la policía de Tailandia ha encontrado prácticamente todos los trozos desperdigados del cuerpo de Edwin.
En relación con lo anterior, el propio Sancho facilitó un boceto a los investigadores en el que dibujó de su propio ‘puño y letra’ el paso a paso del desmembramiento del colombiano. Un detallado trabajo de disección compuesto por 17 cortes que sustentan la premeditación del asesinato y su posterior ocultación.
Del cuchillo de cocina a las bolsas XL de basura
Las otras y relevantes pruebas, las que todos hemos escuchado una y otra vez hasta ahora. El día anterior al desagradable suceso, Daniel Sancho fue grabado por varias cámaras de seguridad que dibujan su recorrido a una tienda de la isla para la adquisición de un cuchillo grande de cocina así como otros utensilios punzantes, guantes de goma, detergente, esponjas y las famosas bolsas de basura tamaño XL.
Si no es poco, a esta incontestable prueba visual se le añaden multitud de indicios que apoyarían los argumentos de la acusación. Son muchos, pero el más relevante es el que apunta al cambio unilateral de alojamiento tras la llegada de Edwin a la isla. Hay que recordar que, al parecer, Sancho estaba alojado en un lujoso hotel reservado por el cirujano pero cuando este llegó le llevó desde el aeropuerto a unos bungalows más escondidos y apartados del turismo masivo que Daniel habría reservado poco antes para, supuestamente, perpetrar su crimen en un lugar mucho más silencioso.
El 29 de agosto conoceremos su futuro judicial
Pruebas e indicios que junto a valiosos testimonios de quienes se cruzaron con el hijo del actor de ‘Isabel’ durante esos días y las opiniones fundamentadas de forenses que niegan que los tipos de cortes y golpes efectuados de Daniel contra Edwin fueran solo en defensa propia desmontarán seguramente la difícil defensa efectuada por el abogado de famosos Marcos García Montes el 29 de agosto, fecha prevista para la definitiva sentencia.
Invalidada quedará entonces la famosa explicación de "soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho. Él estaba obsesionado conmigo. Me engañó, me hizo creer que lo que quería era hacer negocios conmigo, meter dinero en la empresa de la que soy socio (...) Lo único que quería era a mí, que fuera su novio. Cada vez que intentaba alejarme de él, me amenazaba", que en su momento dijo a EFE y ratificó durante su declaración en el mediático proceso judicial realizado esta primavera.