Quiénes son Erik y Lyle Menéndez, los hermanos que mataron a sus padres, se reencontraron 20 años después y protagonizan 'Monstruos' de Netflix
Es un crimen que marcó un antes y un después en el sistema de justicia de Estados Unidos y que conmocionó a su sociedad en 1989
Actualizado a 10 de octubre de 2024, 12:41
La plataforma de cine y series Netflix ha estrenado una nueva ficción llamada “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez, que ya está provocando una enorme expectación entre sus usuarios. Una serie que se basa en el informe del crimen de los jóvenes hermanos Ménendez, una sonada historia de crónica negra de norteamérica.
Con esta nueva producción audiovisual, Netflix explora no solo el cruel asesinato, sino también los móviles, las relaciones familiares y las dificultades legales que rodearon el terrible caso. ¿Cómo fue esta historia que a día de hoy todavía revuelve a todo Estados Unidos y que en nuestro país casi no conocemos?
Esto es lo que pasó en verano de 1989
Hay que remontarse a un 20 de agosto de 1989, cuando los cadáveres de José y Kitty Menéndez fueron hallados en una exclusiva vivienda de Beverly Hills. Los dos habían sido cruelmente asesinados por unos certeros disparos de escopeta mientras veían la televisión en el amplio salón de la casa. Una horrorosa escena que perturbó tanto a policías como a investigadores. Estos siempre barajaron desde el comienzo de las investigaciones que se trató de un doble asesinato premeditado, algo que se probó posteriormente: sus propios descendientes, Lyle y Erik, fueron los ejecutores de sus ricos padres.
A favor y en contra
El proceso judicial contra ambos hermanos se erigió como show mediático sin precedente alguno. Lyle y Erik llegaron a reconocer que acabaron con la vida de sus progenitores en defensa propia, justificando el delictivo acto con el abuso emocional, sexual y físico que sufrieron por parte de su padre durante años.
Una justificación que abrió debate en la opinión pública de Estados Unidos. Una parte de los americanos se puso de alguna forma de su lado, considerándolos como desafortunadas víctimas, mientras que el resto pensaban más bien que eran un par de hermanos asesinos motivados por el dinero y el patrimonio de sus padres.
Turbias relaciones con sus padres
Los testigos durante las muchas sesiones del juicio dibujaron una imagen sorprendente de los Menéndez. José, el padre, era un reconocido magnate nacido en Cuba -autoritario y controlador- mientras que Kitty, su mujer, tenía una grave enfermedad mental y de adicciones. Según sus hijos y asesinos, el maltrato de él y la ausencia de ella les llevó al filo de la desesperación, conduciéndolos a cometer el inimaginable crimen.
Tras los juicios -que se dieron por separado- y con la expectación que supuso entre los millones de habitantes del país americano, Lyle y Erik fueron sentenciados a condena perpetua sin posible libertad condicional en 1996. Un dictamen que dejó un cierto malestar en la sociedad de por aquel entonces, pues el dilema sobre si fueron víctimas o verdugos nunca pudo resolverse completamente.
Un reencuentro veinte años después
Lyle y Erik fueron condenados a cadena perpetua pero separados en dos correccionales distintos. Fueron clasificados como presos de máxima seguridad y también aislados del resto de reclusos de sus respectivas cárceles. Lyle fue enviado a la cárcel estatal de Mule Creek. Allí rehizo su vida, llegando a casarse hasta en dos ocasiones. Su hermano, por su parte, cumplió condena en la prisión de Valle Agradable. Al menos, hasta 2018.
Cuando Erik ya contaba con cincuenta años, la justicia decidió rebajar la precaución de máxima seguridad. Había ya pasado mucho tiempo y se consideró que se podían disminuir las exigencias. Como consecuencia, Erik fue trasladado de prisión precisamente a Mule Creek. Allí pudo reencontrarse con su hermano, con quien no había hablado durante los últimos diez años, según contó en una entrevista con el presentador Larry King.
Fue un fenómeno social y cultural
Un crimen en los ochenta que no solo impactó en el sistema judicial del país, sino que además trascendió en la cultura de Estados Unidos. Y es que durante muchos años, ha sido motivo de inspiración para varios filmes, publicaciones escritas o documentales audiovisuales. Si se analiza detenidamente, ingredientes como el dinero, el poder o las retorcidas relaciones entre la familia, seguramente, sean las claves de que el crimen de los Menéndez no dejen de estar presentes en la vida americana.
El juez fue firme en su sentencia de cadena perpetua, pero no tanto en la sociedad estadounidense. Y es que aunque periódicamente se difunden pruebas y documentos que probarían la insufrible vida de los dos hermanos con sus padre, la justicia de allí no prevé ordenar un nuevo juicio, aunque buena parte de la sociedad lo pida a gritos.
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