Una profesora de Harvard, sobre la Navidad y la felicidad: "Las personas están programadas para ser animales sociales"

Las Navidades no siempre van de la mano de momentos felices, aunque sí son fechas para celebrar y festejar con familia y amigos

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 25 de diciembre de 2024, 22:30

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Las fiestas navideñas nos hacen dejar a un lado, en algunas ocasiones, el estrés y las cargas del día a día, porque son días en los que intentamos descansar cerca de los nuestros y reunirnos, dentro de lo posible, alrededor de la mesa para celebrar juntos y hacer balance de lo que ha supuesto para todos el año que dejamos atrás. No siempre es fácil y hay personas que sienten un rechazo especial hacia estas fechas, por motivos muy diversos, pero ese sentimiento no tiene que permanecer para siempre y, como tantas otras emociones ligadas a la felicidad, a veces es cuestión de momentos y etapas.

La profesora de Psiquiatría de la Universidad de Harvard Hillary S. Connery, compartía sus percepciones acerca de la Navidad y cómo vivimos estas semanas. Lo hacía en 2020, ante las primeras Navidades en plena pandemia, cuando no solo tuvimos que adaptarnos a las circunstancias individuales de cada uno, sino que buscamos alternativas para festejar con las restricciones que había. Con más motivo, aquel año, se puso de relieve una cuestión que puede ser determinante para ser o no felices en estas semanas: la soledad. "Las personas están programadas para ser animales sociales", decía la doctora en su análisis.

La comprensión y el respeto son muy necesarios para ser más felices en Navidad

No a todo el mundo le gusta la Navidad y en Nochebuena ya veíamos con la psicóloga Lara Ferreiro cuáles son las principales causas del síndrome de la silla vacía y cómo podemos afrontarlo en estos días. A veces se acude a la figura del Grinch, que realmente no odiaba tanto estas fiestas, sino la hipocresía que a veces imperaba cuando llegaba el mes de diciembre, así que la primera de las pautas en las que ponemos el foco dentro del análisis de la doctora de Harvard Hillary Connery es el respeto.

"No a todo el mundo le gusta reunirse de una u otra forma", destaca la profesora, que aunque en ese momento ponía el acento en las conexiones virtuales, llevaba su análisis de las reuniones al caso individual, ya que "todo depende de la situación particular de cada persona y de encontrar formas mutuamente aceptables de conectarse". En su opinión, hay que abrazar "esas diferencias" y activar "la comprensión", ya que no todos queremos lo mismo durante las semanas navideñas.

Aunque queramos celebrar y empujar a todos los nuestros a que lo hagan de la misma forma, podemos adaptar los escenarios y permitir el espacio para que cada cual elija su forma de estar, tal y como reflexionaba la experta de Harvard: "Desafortunadamente, no todos estarán contentos con algo que la mayoría quiere. Es la naturaleza humana, así que hay que ser especialmente creativos a la hora de gestionar a los que necesitan algo diferente de lo que quiere la mayoría. Y disfrutar y alegrarse de este esfuerzo creativo para no dejar a nadie atrás".

Los momentos difíciles, un momento para pensar en cambios y alternativas

En 2020, la situación era muy complicada para muchas familias, algunas de ellas en pleno duelo por la pérdida de seres queridos. En otros muchos casos, la pandemia obligó a algunas personas a estar lejos de sus amigos y familiares, pero no es algo que ocurriera solo en esas circunstancias extraordinarias, ya que cada año se presenta una situación similar en determinados hogares en los que falta alguien por primera vez. Connery habla de "vacaciones más tranquilas" y un tiempo que aprovechar "para pensar en cosas que se han querido hacer o cambiar", porque aunque en esos momentos había menos que hacer, es algo que podemos aplicar en los momentos de reflexión que nos dejan estas fechas.

Aunque estemos "programados para ser animales sociales", como dice la doctora, no siempre podemos celebrar de la misma forma y una de las claves, en la que también incidía la psicóloga Lara Ferreiro al hablar del síndrome de la silla vacía, es aceptar que no todo el mundo quiere o puede celebrar como nosotros queremos, acudir a cada plan, evento, comida o cena que hayamos planificado en las semanas previas a la Navidad.

Hay otro mensaje que la experta de Harvard nos dejaba hace cuatro años y que podemos aplicar año tras año, cuando se presentan adversidades que nos impiden festejar como lo habíamos pensado para que no afecte a nuestra felicidad. Hillary habla de "agradecer bendiciones" y lo explica con el hecho de sacar el lado positivo a una situación que, en principio no nos gusta. Por ejemplo, si ha pasado algo que nos impide o nos quita las ganas de acudir a un festejo navideño, desde el punto de vista optimista podemos pensar en lo que ahorraremos o en que no tendremos que preparar con tiempo lo necesario para esa cita.

En cualquier caso, es importante que nos quedemos con lo aprendido en aquellos momentos que nos obligaron a priorizar y también a relativizar, porque al fin y al cabo hay Navidades en las que seremos más felices y otras en las que nos invadirá el vacío o la decepción. Siempre que podamos, brindaremos con quienes queramos, respetando nuestra voluntad y también la de los demás.

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