Los problemas de la sequía ya hacen estragos en esta zona de España: los vecinos no tienen agua para beber

Residentes locales y turistas de varias zonas de la Costa Blanca se han quedado sin agua potable tras el aumento de los niveles de sal.

Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Actualizado a 22 de agosto de 2024, 14:09

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La problemática sequía que afronta España no parece que vaya a terminar pronto. De hecho, residentes locales y turistas de la Costa Blanca se han visto estos últimos días especialmente afectados por los altos niveles de sal presentes en los grifos de sus hogares. Una peligrosa situación que ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes.

Cientos de residentes sin agua potable 

Algunas de las prácticas cotidianas más comunes como cepillarse los dientes, cocinar o beber agua no son posibles para los residentes de la Costa Blanca. La preocupante situación derivada de la sequía que perdura desde hace meses en nuestro país está provocando verdaderos estragos. Los descensos de suministros de agua han desencadenado graves consecuencias que afectan directamente al consumo humano. Las autoridades han alertado de un aumento de los niveles de sal en los grifos que puede ser muy perjudiciales para la salud. Por ello, el agua solo puede utilizarse para limpieza o higiene personal, pero no para beber. Como alternativa, las autoridades han establecido en zonas estratégicas grandes bidones de agua para abastecer a la población de forma gratuita, pero racionalizada.

Los residentes locales y turistas de la Costa Blanca acuden a ellos con garrafas y carros para afrontar sus actividades cotidianas y sobrellevar el día a día. Algunas de las zonas más afectadas por esta situación son las localidades alicantinas de Teulada, Benitachell y Moraira. De hecho, sus ayuntamientos han decretado la "no potabilidad" en estas zonas. No obstante, los residentes son conscientes de que esta no es la solución. Simplemente, es una alternativa temporal a los días tan complicados que afrontan. Por si fuera poco, la sequía ya ha traspasado fronteras y no solo afecta a los hogares particulares. La hostelería y el sector gastronómico se posicionan como uno de los más perjudicados hasta el momento.

En algunos restaurantes de la Costa Blanca se necesitan hasta 180 litros de agua mineral al día para cocinar. Situación que intentan solventar cargando garrafas de agua cada día. “Hay que tener un poquito más de previsión, porque ahora en verano hay muchísima más gente que en invierno”, señalaba Fernando Sapena, propietario del restaurante El Racó De L'arròs en la localidad de Teulada-Moraira, en declaraciones a Ruters. Otro de los términos afectados es el sector agrícola donde la sequía ha provocado la pérdida de 65 millones de euros en el mes de julio, según la asociación de agricultores ASAJA. La crisis de "potabilidad" también ha llevado a varios ayuntamientos afectados a eliminar actividades que requieren agua. De hecho, lavar los coches durante la dúa o regar jardines particulares en alunas zonas está totalmente prohibido. Las localidades de la Costa Blanca gravemente afectadas temen que influya negativamente sobre el turismo que ya es uno de los motores de la economía local.

Factores determinantes que agravan la sequía

Según las estimaciones de los expertos, la sequía se triplica en los meses de verano al igual que la población de las zonas más afectadas. El resultado es claro y la situación muy crítica, no hay agua potable para todos. Activistas contra el cambio climático han señalado al propio turismo como responsables de esta situación. “Estamos entrando ya en una emergencia climática”, explicó a Reuters Joan Sala, miembro de la ONG Acció Ecologista - Agró. Varias asociaciones apuntan que cuantos más turistas llegan en verano, menos abastecimiento de agua queda para el resto de los residentes locales. Lo cierto es que, según los últimos datos registrados por el INE, el consumo de agua en zonas como Marina Alta ha incrementado hasta los 19.670 millones de litros durante el mes de julio.

No obstante, este no es el único factor determinante. La escasez de lluvias y el ascenso generalizado de las temperaturas durante el verano agrava cada vez más el problema de la sequía. Los expertos auguraban que la llegada de la temporada estival podría empeorar la situación y así ha sido. Según los valores registrados por la Agencia Estatal de Meteorología, este año se han alcanzado algunas de las temperaturas más altas de la historia. En consecuencia, varias comunidades autónomas ya establecieron antes del verano ciertas restricciones sobre el uso del agua. Varios territorios de Cataluña y Andalucía limitaban el horario de utilidad de los grifos. Una medida que la prensa británica calificó en su momento de "tercermundista".

Esto ocurrió en plena llegada de turistas que pretendían disfrutar de unas vacaciones. Eso sí, aunque la situación en el país es muy preocupante no es la única en Europa. El problema en otros países europeos es similar derivado de un aumento generalizado de las temperaturas y una disminución de las lluvias. De hecho, Italia y Grecia se posicionan como una de las regiones más afectadas por la sequía. Nápoles y Atenas han sido uno de los lugares más sofocantes de Europa en los últimos meses. Será cuestión de tiempo que la llegada del otoño y del invierno reduzcan con sus lluvias la gravedad de la situación. 

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