Mario Alonso Puig, experto de Harvard: "Una sonrisa, una palabra amable o un abrazo sincero pueden transformar el día de una persona y, en ocasiones, incluso su vida"

El experto en bienestar asegura que los pequeños gestos del día a día ayudan a controlar la liberación de cortisol y aumentan los niveles de oxitocina, la hormona de la felicidad.

Alicia Alarcón
Alicia Alarcón

Redactora digital de Lecturas

Mario Alonso Puig
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Mario Alonso Puig, cirujano y experto de Harvard, ha abordado las claves sobre uno de los aspectos más transformadores de nuestra vida, a la vez que sencillo, para alcanzar el bienestar personal. La plenitud, la tranquilidad o el reconocimiento son algunos aspectos del día a día que nos hacen sentir bien, pero a veces el camino para lograr estos estados no es nada sencillo. Aun así, según el doctor, existe un hábito muy simple capaz de ofrecernos todas estas ventajas. Más allá de lo material, los pequeños gestos "tienen un valor inmenso" capaces de cambiar nuestra vida.

La importancia de los pequeños gestos contra el malestar

El doctor y experto en bienestar aprovechó la celebración del Día Internacional del Abrazo el pasado 23 de enero para reflexionar sobre este importante aspecto de nuestras vidas del que pocos hablan. Los abrazos como gesto se enmarcan en un contexto de aprecio o afecto hacia los demás. De hecho, según el 'Estudio Sanitas sobre el bienestar físico y emocional', el 95% de los españoles siente que los abrazos tienen un efecto positivo sobre su bienestar emocional. En esta misma línea, el experto ha querido reivindicar la importancia de los pequeños gestos a los que cada vez prestamos menos atención por su gran poder transformador.

"Hay que ser conscientes de que lo que muchas veces parece pequeño o insignificante puede tener un impacto profundo. Una sonrisa, una palabra amable o un abrazo sincero pueden transformar el día de una persona y, en ocasiones, incluso su vida", explica en uno de sus últimos vídeos de redes sociales. Puig es claro y aboga por llevar a cabo pequeños gestos con los demás por insignificantes que nos parezcan, ya que no solo tendrán un impacto positivo para ellos sino, también, sobre nosotros mismos.

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“¿Qué puede cambiar un simple gesto de afecto?”. Desde una lógica materialista, en la que solo parecen importar las cosas tangibles, esta idea puede parecer trivial. Pero cuando abrimos la mirada a una lógica más amplia, a una comprensión más profunda de lo que somos como seres humanos, nos damos cuenta de que esos pequeños gestos tienen un valor inmenso", asegura. Uno de los asuntos más importantes de destaca es que no debemos situar "al mismo nivel" de los gestos materiales "algo que pertenece a una dimensión superior".

"Estoy hablando del amor, la ternura, el abrazo sincero o el interés genuino por los demás. Estos actos no se miden en términos exclusivamente materiales, sino en términos profundamente humanos", explica. Lo cierto es que, llevar a cabo pequeños gestos es algo mucho más sencillo y, por ende, reconfortante. "Recordemos que un gesto tan simple como rodear a alguien con nuestros brazos puede ser una forma de decir: “Estoy contigo, te valoro, te veo”, sentencia. 

La relación directa entre la liberación de la oxitocina y los pequeños gestos

Una de las grandes claves detrás de este fenómeno que tanto bienestar ofrece es la liberación de la oxitocina, más conocida como la hormona de la felicidad. “El gesto de dar un abrazo libera oxitocina, lo que genera un mejor estado de ánimo, controla los latidos del corazón e, incluso, nos traslada a un estado de calma y seguridad que incide directamente sobre la salud emocional de las personas”, sostiene Soraya Bajat, jefa del servicio de Salud Mental de los Hospitales Universitarios Sanitas la Zarzuela y La Moraleja. También la psiquiatra Marian Rojas Estapé asegura que cualquier pequeño gesto similar a este puede cambiar por completo nuestro estado de malestar.

Marian Rojas Estapé
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"La persona que más conoce la oxitocina es el neurocientífico Paul Zak. Él dice que hay que abrazar 8 veces al día. Nuestro organismo, nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestro corazón necesitan esos abrazos. Cada vez que damos un abrazo se libera esa oxitocina que nos genera bienestar, paz interior y serenidad", explica en una de sus entrevistas publicadas en redes sociales. Todos los expertos en medicina, ciencia y bienestar están de acuerdo y aseguran que "este beneficio físico es real".

“Esa gestión de la calma ayuda a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo tanto, repercute directamente sobre la función cardiovascular. Además, ayudan a controlar la liberación de cortisol, la hormona del estrés, que puede influir, incluso en la calidad del sueño y, por tanto, del descanso”, sostiene la doctora Bajat en una publicación de 'Sanitas'. Según el citado estudio, los españoles repiten este gesto, de media, 15 veces a la semana.

Por su parte, las mujeres son quienes dan más abrazos con 17,7 a la semana y la población de entre 35 y 44 años superan esta cifra con 21 abrazos cada semana. En la otra cara de la moneda se sitúan las personas de entre 65 y 75 años, que solo dan 10,6 abrazos de media. Además, el estudio asegura que esta franja de edad es también la que menos abrazos recibe en general. "Solo el 6,4% de los encuestados reconoce abrazar a sus abuelos de manera frecuente", señala 'Sanitas'. Ante el efecto evidente y científicamente comprobado que tienen los pequeños gestos sobre el bienestar personal, los expertos han lanzado un importante mensaje. "No dejes abrazos pendientes", sentencian.