Hay un número máximo de minutos que podemos llorar sin descanso, según la ciencia

Aunque pensamos que podemos llorar hasta quedarnos sin lágrimas, hay un máximo de instantes según apunta un neurocientífico

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 10 de julio de 2024, 10:03

GTRES
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Cuando escuchamos o decimos eso de que "no me quedan lágrimas" parece que hablamos de manera metafórica, pero aunque sea así, parece que sí hay un límite de tiempo durante el cual podemos "sostener el llanto", lo que también explicaría que aunque algunas veces queramos, es necesaria una recuperación antes de seguir desahogándonos. 

Un neurocientífico, Eduardo Calixto, lo ha explicado así y 'Farmacéutico Fernández' se ha hecho eco de ello en su perfil de TikTok en un vídeo que ya se ha hecho viral con miles de 'likes'. Además, acumula cientos de comentarios y se ha compartido y guardado de forma masiva. No podemos llorar seguidamente durante más de 12 minutos. 

¿Por qué no podemos llorar durante más de 12 minutos? 

El usuario '@farmaceuticofernandez' ha desvelado en su perfil de TikTok laconclusión que ha compartido un neurocientífico que explica por qué no podemos llorar durante más de 12 minutos. "Si conoces a alguien que estuvo llorando toda la noche sería haciendo descansos porque lloraba solo a ratos y es que resulta que se te gastan las lágrimas de verdad y tienes que esperar un rato para recargar", comienza el vídeo este farmacéutico que suele compartir con sus seguidores curiosidades e información útil para el día a día y nos ha recordado, porque sí es verdad y aunque a veces prime la sensación positiva de desahogo, que "una llorera cansa un montón y después de hacerlo estás baldado, como si hubieras corrido una maratón". 

"Ayuda a gestionar emociones extremas y no solo de las malas, porque también se puede llorar de felicidad. Genera endorfinas, una sustancia que hace que cuando ya has acabado con tanto llanto te sientas tranquilo, relajado y más a gusto que un arbusto bien regado. Además, genera empatía del que llora hacia los demás, lo que no termina de estar del todo bien porque alguno lo aprovecha para poder manipular", continúa con mucha guasa el boticario, que recomienda a sus seguidores etiquetar a sus "llorones o lloronas" para que no lo utilicen en su propio beneficio más de la cuenta, ya que "llorar más de 12 minutos de seguido es drama fingido". 

Flora González, meteoróloga de 'Telecinco', también lo ha justificado al detalle y ha puesto nombre al experto en neurociencia, Eduardo Calixto: "no se puede llorar durante toda la noche y sí por intervalos, ya que es el propio cuerpo el que se va autolimitando y según una entrevista reciente al doctor, esto tiene que ver con varios factores fisiológicos. Por una parte, lo normal es que llegue al cerebro un litro de sangre al minuto, pero cuando lloramos se incrementa un 25%". Con esta explicación, aumenta la cantidad de sangre y también el oxígeno, con lo que en esos "12 minutos exactos llega el agotamiento". 

Si somos capaces de hacerlo durante más tiempo nos podrían decir aquello de que son "lágrimas de cocodrilo", pero más allá de las bromas o el chiste fácil, nuestro organismo necesita generar más y recuperarse de ese mal rato que a la vez nos libera tanto. En el caso de esos reptiles, por cierto, se utiliza esa expresión porque lloran mientras matan o se comen a sus víctimas, pero se trata de algo completamente biológico y no significa que haya emoción o arrepentimiento fingido. 

Las lágrimas con las que lloramos, las más complejas

Se trata de una reacción compleja y es que a veces queremos que llegue el llanto, pero no podemos hacerlo y también es difícil provocarlo. Existen hasta técnicas concretas en interpretación para que actores y actrices puedan reflejar esa emoción frente a la cámara, pero en la vida real hablamos de una tarea mucho más ardua, ya que ocurre que no podemos evitarla y tampoco es sencillo ese desahogo natural de nuestras emociones. Cuando estamos tristes, explicaba la prestigiosa revista 'National Geographic', lloramos porque "nos libera y es necesario", pero más allá de esa necesidad, hay una razón por la que surgen las lágrimas. 

"Es el primer mecanismo de comunicación que se adquiere", comienzan en la publicación y es que realmente los bebés solo pueden pedir algo o mostrar el desagrado y otras tantas emociones a través del llanto hasta que pueden hablar. De hecho, muchas veces a los padres les cuesta identificar cuál es el objetivo de sus bebés, porque al no tener otra herramienta, hacen uso de las lágrimas para intentar trasladar un mensaje concreto a sus progenitores. Con el tiempo, nos comunicamos de muchas otras maneras, pero esta reacción nos acompaña a lo largo de toda nuestra vida para como consecuencia del estrés, la emoción, la pena y tristeza, así como la ansiedad. 

Hay diferentes tipos de lágrimas que se forman en nuestras glándulas lagrimales, pero mientras las basales están ahí para mantener limpios nuestros ojos y las de reflejo "son capaces de crear una capa que protege" y aparecen, por ejemplo, cuando cortamos una cebolla, las que caen sobre nuestro rostro cuando lloramos a moco tendido son "mucho más compleja", continúan en la citada revista: "A diferencia de las basales y las reflejo, compuestas principalmente por agua, iones y muy pocas proteínas, las lágrimas emocionales tienen un alto contenido en hormonas y proteínas. Son estas hormonas las que surgen como respuesta ante fuertes situaciones emocionales, como un motor de regulación y liberación de estrés".

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