A la hora de salvaguardar los hogares, son muchas las prácticas que se llevan a cabo ante el temor que existe de que un ladrón pueda entrar en casa, especialmente, durante la noche. Sobre todo, es un miedo que se manifiesta entre personas que viven solas y, por ello, llevan a cabo ciertas precauciones. Colocar cámaras de videovigilancia, activar alarmas o incluso tener un sensor son algunas de ellas. Aun así, la más común es colocar la llave en el interior de la cerradura de la puerta durante la noche para evitar que los ladrones entren en el domicilio.
Son miles de personas las que llevan a cabo cada día esta práctica y la realidad es que se trata de una falsa creencia. Así lo confirma el especialista en seguridad y miembro del Instituto Superior de Seguridad Pública (Netpol), Samuel Prieto. "No aporta más seguridad. De hecho, puede ser incluso contraproducente", señalaba el experto en una entrevista de 'El Panda Inversor'. Además, tal y como ha explicado al medio "en la mayor parte de los países de Europa está prohibido". "Si yo dejo la llave puesta por dentro y girada y no se pueda abrir desde fuera no está permitido. De hecho, en la última norma de fabricación de bombines se hablaba de que también lo iban a prohibir", asegura Samuel Prieto.
El alto precio de esta práctica
Aunque la creencia popular defiende que esta práctica dificulta a los ladrones acceder a la vivienda, los expertos en seguridad la desmienten. "Realmente no aporta más seguridad. Hay métodos relativamente sencillos que podrían llegar a abrir una puerta con la llave puesta por dentro", señala Samuel. Algunos de ellos son el método de impresión o de 'bumping'. Los delincuentes utilizan estos sistemas para acceder a las viviendas a través de unas láminas de aluminio deformables o con una llave que se conoce como 'llave bump'. Con ella, son capaces de hacer saltar los pines y permitir la rotación del cilindro de la cerradura. De hecho, tal y como asegura el experto en seguridad, "un bombín bueno ya tiene los elementos de seguridad suficientes que evitan aberturas".
En primer lugar, existe un riesgo real a que la llave se quede trabada en la puerta dejando a la persona encerrada en el interior del domicilio por accidente. Este es un problema que podría terminar con una costosa intervención por parte de un cerrajero. Además, podría ser todo un problema en situaciones de extrema urgencia que obliguen a los residentes a salir de la vivienda como puede ser un repentino incendio. También, esta práctica puede ser realmente contraproducente contra la salud personal de quienes residen en la vivienda ante una situación médica de urgencia. En caso de que los servicios de atención sanitaria tengan que acceder al domicilio tendrán que lidiar con un obstáculo innecesario. "¿Qué pasa si esa persona que está durmiendo tiene un problema médico? Llega la asistencia y se encuentra que las llaves están puestas por dentro", señala el experto en seguridad.
Alternativas a esta práctica
El experto en seguridad, Samuel Prieto, recomienda evitar a toda costa es práctica que podría salirnos muy cara en muchos sentidos. En su lugar, aconseja que se utilicen cerrojos para reforzar la seguridad del domicilio. De hecho, esta alternativa actúa como una cerradura extra. La más común que, además, se utiliza desde hace años en las viviendas de los hogares son los pasadores que tienen una pequeña cadena. Este objeto se encarga de unir la puerta con el marco a modo de respaldo. Para quienes prefieren otros sistemas más avanzados existen cerrojos con "pomo" en la puerta de la vivienda que va adosado a una pretina brindando una mayor seguridad con una partura controlada. Otra de las opciones que el experto recomienda es la llamada "invisible". “Este tiene el cerrojo que va por adentro, no lleva nada que puedas manipular y se abre por radiofrecuencia, como las puertas del garaje”, señala Samuel.
Otras alternativas muy similares son aquellas que se pueden abrir mediante aplicaciones móviles, huellas dactilares, o incluso códigos. Deshacerse de una llave física no solo puede evitar ciertos accidentes, sino también muchas preocupaciones cuando se pierden por casa o en la calle. Algo que nunca perderemos son las huellas dactilares o un valioso código que resida en nuestra memoria. De esta forma, se reduce el riesgo de la entrada de cualquier persona no autorizada al domicilio y que las cerraduras puedan ser manipuladas por parte de ladrones, ya que su mecanismo es mucho más complejo. Otra alternativa son aquellas cerraduras morenas que están equipadas con botones de seguridad. Estos permiten desactivar el giro de la llave desde el exterior sin dejar, necesariamente, la llave puesta. Además de que este tipo de cerraduras son muy cómodas y seguras también son muy sencillas de utilizar. Su innovador sistema solo deja a los ocupantes de la vivienda activar o desactivar el sistema de bloqueo. Es una alternativa perfecta que pueden utilizar aquellas personas que todavía dejan la llave puesta en el interior de la cerradura como rutina.