EXCLUSIVA | El germen de la escisión entre las monjas de Belorado y la Iglesia: "esto viene de Lerma..."

En 2010 se obraba un "milagro vocacional" de la mano de una abadesa que pasaba a fundar su propio instituto religioso

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 28 de junio de 2024, 10:54

Antena 3
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Como en muchas de las historias con tantos giros de guion, en la de las monjas de Belorado también se dan a diario y es la primera vez, posiblemente, que pensamos en la precuela, ya que el origen de la escisión y del cisma podría estar en un acontecimiento histórico que fue catalogado como un "milagro vocacional". 

Al borde del susurro, nuestra fuente eclesiástica, a la que vamos a mantener en el anonimato, cuenta en exclusiva a Lecturas cuál habría sido el germen que ha ido creciendo en la congregación de clarisas, de la que ya no forman parte desde el sábado las religiosas excomulgadas. 

El posible origen del cisma de las monjas de Belorado

Nos hemos sentado entre la multitud y nadie sospecha del tema que podemos estar tratando, ya que se trata de una conversación en la que prácticamente estamos susurrando, como si fuera ilegal hablar de este cisma que ha generado tanto interés. Nuestra fuente ha estado con algunas de las monjas de Belorado, al igual que con otras muchas clarisas y más allá de intereses inmobiliarios o de la supuesta "verdad católica", hay otro punto de partida en esta historia que se remonta al año 2010, cuando ocurría lo que muchos medios y expertos definían como un "milagro vocacional" con una protagonista que era definida por el arzobispo emérito Rouco Varela como "una mujer con un carisma extraordinario para conectar con la juventud actual y tocada por el dedo de Dios", tal y como recogía el diario 'El Mundo'. 

"Esto viene de Lerma, cuando Sor Verónica Berzosa fundó 'Iesu Comunio' y las clarisas de allí pasaron a formar parte de un nuevo instituto de vida consagrada", nos cuenta nuestro contacto, que recuerda también cuando coincidió con Sor Sion, "la monja 'influencer' de las cismáticas" en unas jornadas y, con respeto, sube levemente las cejas sin entrar en muchos más detalles, aunque sí reconoce que "estas monjas nos han salido ranas", refiriéndose a las ya ex religiosas, que tras aquel "milagro vocacional" que marcaba un antes y un después en la comunidad de las clarisas, pasaron a formar parte de esa orden en la zona de Burgos para ahora rebelarse contra la Iglesia conciliar. 

Cuando la anteriormente abadesa se convertía en fundadora del instituto religioso de la 'Comunión de Jesús' cambiaba el hábito de las hermanas adscritas, con hábito vaquero y otro cordón, un cíngulo distinto al que siguen vistiendo las clarisas. María José Berzosa, nombre con el que fue bautizada, nació en Aranda de Duero, en Burgos y desde que entrara como novicia sorprendió a sus superioras, pero con el tiempo fue ganando mucho más terreno hasta llegar a Roma y tener el beneplácito del Vaticano, tal y como nos explica la persona con la que hemos hablado: "cuando creó la nueva orden la apoyó el papa Benedicto y todo". 

La excepción que confirma la regla: la "comunión" de Sor Verónica

La Iglesia está en horas bajas, disminuye el número de fieles y esa situación se traslada también a los conventos, que no dejan de ver cómo desciende el interés de las jóvenes por entregarse a la vida consagrada en sus congregaciones, pero en este escenario brilla una excepción, que confirma la regla y esa es la 'Iesu Comunio' de la que hablábamos, con Sor Verónica Berzosa al frente, tan discreta como poderosa. No concede entrevistas y está centrada en su instituto religioso, con look 'denim' y una clausura "menos restrictiva", lo que no solo ha despertado el interés de las novicias, sino también la envidia y la ira de las que no comulgan con ella. 

De la vida contemplativa se hace un viaje a una más activa, con la comunidad en el centro y capacidad para entregarse a las personas, a los jóvenes y con un lenguaje acorde a esas nuevas generaciones, tal y como explicaba en el extenso resumen que hacía el citado medio sobre esta orden que también ha contado con el apoyo de muchos empresarios, quienes también se han convertido en "veroniqueses", porque así se conoce a los adeptos de una lideresa que ha revolucionado la escena femenina religiosa en España y que ha cambiado la forma de ver esa vida consagrada. 

Las monjas de Belorado se niegan a que se permitan lo que para ellas son conductas o situaciones "que de haber vivido sujetos a la verdadera enseñanza católica nunca se hubieran producido", como pueden ser los divorcios o la diversidad, tal y como plasmaban en el vídeo que compartían del canal de 'YouTube' de 'La mujer huyó al desierto'. 

A Mario Iceta "parece que le ha mirado un tuerto"

Cuando estamos a punto de terminar la conversación, pronuncio el nombre del otro gran protagonista del cisma de las monjas de Belorado y es el del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, pero cuando me pregunta por su segundo apellido, Gavicagogeascoa, no sé qué responder: "es impronunciable y recuerdo cuando coincidíamos en alguna reunión y le presentaban como Mario Iceta y que nos perdone su madre, bromeando con las dificultades para pronunciar el segundo apellido". Nos recuerda que ya en su etapa en Bilbao tuvo que excomulgar a Pablo de Rojas, que parece que le persigue y ahora con él también al frente ha tenido que lidiar con un conflicto muy difícil de gestionar: "Parece que le ha mirado un tuerto, con lo que ya le pasaba en 2019 y ahora esto. Encima, las cinco monjas mayores puede que no se estén enterando de nada, así que claro, las ha dejado fuera del cisma y la excomunión, pero ahora alguien tendrá que ir allí con ellas y a ver de qué manera consigue echar a las otras”.

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