Cambio de hora en España: así se realiza el ajuste en el reloj más famoso del país

Pedro Ortiz, Jesús López y Santiago Ortiz fundaron una relojería en 1981 y en los años 90 empezaron a encargarse del mantenimiento del de la Puerta del Sol

Pablo Casal

Coordinador digital de Lecturas

Actualizado a 26 de octubre de 2024, 18:13

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A las 3 de la madrugada volverán a ser las 2. Este domingo, 27 de octubre, se vuelve a realizar el ajuste para pasar al horario de invierno y los españoles volveremos a realizar el cambio de hora, que en este caso nos permite dormir una hora más. Hasta 2026, el Boletín Oficial del Estado no contempla una supresión de esta medida, implantada hace décadas y que realizamos de una forma regular desde el año 1973. Unos años más tarde, los hermanos Pedro y Santiago Ortiz, junto a su socio Jesús López, fundaron la Relojería Losada, en 1981 y este emblemático establecimiento, situado tras el Museo del Prado de Madrid, tiene también un cometido especial en el centro de la capital.

Los tres relojeros son los encargados de cuidar que nada falle en la mítica Puerta del Sol, pero no solo esta noche y la del último fin de semana de marzo, cuando se adelanta el reloj, sino también en Nochevieja, antes de dar la bienvenida a un nuevo año y cuando millones de españoles miran a esa torre para ver descender el carillón para que suenen los cuatro cuartos y las 12 'Campanadas'. En Lecturas hemos hablado con Pedro Ortiz, uno de estos maestros relojeros que actúan como guardianes del tiempo en el centro de Madrid.

La emblemática Relojería Losada: los guardianes del reloj de la Puerta del Sol

Faltan solo unas horas para que volvamos a cambiar la hora y aunque algunos ya nos hemos olvidado de hacer ese ajuste, automático en los teléfonos, en muchos dispositivos y en los relojes digitales, los analógicos son otro cantar. Hay uno, con cuatro esferas y en pleno centro de Madrid, que es "el más mimado del mundo". Entramos en la emblemática Relojería Losada, fundada en 1981 por Pedro y Santiago Ortiz y Jesús López, para que el primero de ellos nos cuente cómo llegaron a la Puerta del Sol para encargarse del mantenimiento de las manecillas más famosas de España. "El día 2 de septiembre de 1981 fundamos la relojería, aunque ya teníamos una tradición de familia de relojeros", comienza a contarnos antes de confesarnos que, desde el primer momento, decidieron dedicarse "a una rama de la relojería que es la antigua".

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El cometido de ser los guardianes del tiempo en la torre de la Real Casa de Correos llegaría, eso sí, unos años más tarde, tras una serie de problemas que se estaban produciendo durante unas reformas: "Esto fue en 1996, que la Puerta del Sol estaba en obras y el edificio en sí estaba siendo remodelado, así que como consecuencia de estas obras el reloj fue desmontado. No lo hicimos nosotros, en ese momento, porque hubo otras personas que desmontaron el reloj, pero parece ser que estaban teniendo problemas y nos llamaron". Lo pusieron en marcha y, después, al convocarse un concurso público, lo ganaron, restauraron el reloj y, desde entonces, son ellos los encargados de que no falle nada en ninguna de las cuatro esferas del torreón cuadrilátero.

Del cambio de hora a las 'Campanadas' de Fin de Año: así se cuida "el reloj más mimado del mundo"

Es suficiente con mirarle a los ojos y escuchar su voz tranquila para saber que lo tienen todo controlado antes de realizar, 'in situ', el cambio de hora este domingo a las 3 de la madrugada, algo para lo que no hay un protocolo demasiado específico, tal y como explica Pedro Ortiz a Lecturas: "Todo el mundo sabe que esto se hace dos veces al año y este sábado nos toca. En este caso es atrasar una hora este reloj y es una labor relativamente sencilla, porque no se toca nada ni se para el reloj. Simplemente se toca el sistema de la minutería del reloj, se desconecta un piñón, se mueve la rueda horaria y se atrasa una hora, que es una cosa prácticamente instantánea". Estamos hablando de cuatro esferas en la torre, pero si hablamos del tiempo que emplean para realizar este ajuste, pueden tardar, nos dice, "aproximadamente dos minutos" y "en tiempo real", evidentemente.

El día 31 de diciembre, ante la Nochevieja y el cambio de calendario también están ahí revisando que nada falle para que los españoles podamos comernos las uvas escuchando las famosas 'Campanadas' desde la Puerta del Sol, pero esa tarea tampoco les resulta especialmente complicada: "Como durante el año lo llevamos todo a punto y es el reloj, yo creo, más mimado del mundo, sí es cierto que un par de semanas antes vamos más a menudo, sobre todo para controlar la precisión del reloj, que esté conectado en todo momento con el observatorio astronómico, pero en realidad cualquier otro día del año podría hacer exactamente lo mismo". En Fin de Año cumplen también con el cometido de atender a los medios, pero el relojero le resta importancia y si le preguntamos por anécdotas, las personales las guarda en la intimidad y en lo profesional, nos dice, "la anécdota es que no hay anécdota, porque afortunadamente no ha pasado nada desde el punto de vista técnico".

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