Empiezo a escribir este blog a las pocas horas de haber dado negativo en covid. Ha sido un contagio distinto al de años atrás. El primero fue más largo y silencioso, pero este ha sido físicamente terrible. Nunca suelo tener fiebre; cuando voy al médico y me pregunta si me he puesto el termómetro le digo que no porque yo sé cuándo tengo fiebre o no. Nunca tiemblo y si sufro tiritonas, es que tengo fiebre. Ese es el síntoma que me pone en alerta. He pasado tres días terribles, incluida la rueda de prensa de ‘Sálvese quien pueda’, sin saber que estaba enferma. Al día siguiente, estuve en casa sin moverme porque me encontraba mal. El pasado jueves me fui a trabajar a TVE y estaba lo siguiente a mal. Mis compañeros de ‘Mañaneros’ me preguntaron si estaba bien, porque me veían mala cara. Les dije que no y en el plató empecé a tiritar. Algo raro en mí, porque en el plató suelo tener siempre calor. Debe ser la edad o, mejor dicho, es la edad. Cuando era joven tenía frío y ahora, después de vivir varios años de menopausia, se me ha debido de quitar ya.
Familia bien y mal avenida
Gracias a Dios, me he recuperado. Tengo que agradecer a mi organismo, porque siempre es un luchador y me he curado antes de lo previsto. En la rueda de prensa de ‘Sálvese quien pueda’, como os decía, me reuní con mis compañeros. Quiero dar las gracias a los 70 medios que nos acompañaron ese día tan especial. Mi percepción es que fue un poco caótica, la verdad. Al final, cada uno mostramos un poco lo que somos. Cuando digo esto no es a modo negativo sino todo lo contrario. Había mucho nerviosismo, pero yo estaba muy tranquila, quizás porque el covid había mermado mis facultades sin yo saberlo. No estaba nerviosa, entre otras cosas, porque ya me he enfrentado a los medios en momentos muy complicados de mi vida. Allí me encontré con muchos compañeros y amigos. Descubrí que todos habían visto los tres capítulos del reality, mientras que nosotros solo habíamos visto el primero. Como ya os he contado muchas veces, los miembros de ‘Sálvame’ somos una familia bien y mal avenida. En mí hay dolor todavía por algún compañero. Tampoco me preocupa ni me estresa que esto sea así. Si cambia, bien, y si no, pues también. Hace tiempo que decidí que hay cosas que no quiero que resten en mi vida. He pasado por muchas cosas a lo largo de mis 58 años. Hablo de cosas buenas, malas y regulares. Por consejo de otros compañeros, que sé que me quieren de verdad, sé que debo ser más inteligente y no entrar al trapo de quien me pone el pico de la muleta. Pero, cuando esto lo hace alguien que pienso que es una amigo, es difícil no entrar. Pasada la rueda de prensa, María Patiño, Chelo García-Cortés, Belén Esteban, Rosa (maquilladora), Rosalía (peluquera) y yo nos fuimos al bar ‘El Doble’, un sitio al que suelo ir mucho. María ya lo conocía, sé que lo disfrutó y que pasó un buen momento, por eso quería que Belén viniera a ese lugar. Lo que no sabía es que yo estaba mala. No se lo he pegado a nadie, lo cual es una suerte.