Por cierto, quiero dar la enhorabuena a todo el equipo de esta revista por la portada de la semana pasada en el que se mostraba el encuentro de Genoveva Casanova y Federico de Dinamarca. No sé ni la relación ni la amistad que tienen ambos. Cuanto menos no me parece normal que un príncipe heredero se quede en una casa particular de una mujer soltera sin ninguna necesidad. Se puede ser amigos y saber que los cargos se llevan con sus cargas. Soy todo menos antigua, que quede claro, pero si queremos monarquía, la querremos para todo, ¿no? La querremos para saber las obligaciones que tenemos y las limitaciones. La mujer del César o el marido no solo tienen que ser honestos sino parecerlo. En ese sentido, me parece innecesario poner en riesgo una situación incómoda y muy atractiva para la prensa. Esta revista no ha planteado ninguna relación. Simplemente, ha mostrado unas imágenes narrando lo que sucedió durante horas. Algo que era de interés público si tenemos en cuenta, además, que coincidía con la visita de los Reyes de España a Dinamarca. Este viaje tenía un gran sentido, porque don Felipe y doña Letizia celebraban sus 20 años de relación. No hay que olvidar que el primer acto real de nuestros reyes fue asistiendo a la boda de Federico y de Mary Donaldson. ¡Felicidades, compañeros, hay que ser siempre valientes!