Varias inyecciones de líquido sacaron los médicos de las rodillas de Terelu Campos (57 años). A su regreso de su Semana Santa malagueña, a la que sigue fiel cumpliendo su promesa a la Virgen de la Salud y al Cautivo, la presentadora sintió unas dolorosísimas molestias en sus articulaciones, por lo que tuvo que visitar el hospital de manera urgente.
“El martes llegué a Madrid y tuve que ir directa a la Fundación Jiménez Díaz porque tenía un dolor tremendo en las rodillas”. Terelu Campos, en su blog para la revista Lecturas, nos contaba el contratiempo que vivió nada más regresar de su adorada Málaga, hasta donde había viajado sin la compañía de su madre, enfrentándose por tanto a su Semana Santa más dolorosa. “Ya nada volverá a ser igual”, ha dicho, refiriéndose al hecho de que la comunicadora, cada vez más delicada, no podrá seguir realizando muchas de sus actividades favoritas, como lo era visitar su tierra cada Domingo de Ramos y Lunes Santo.
El arrebato de exaltación religiosa de Terelu Campos
Este dolor en la rodilla derecha obedecía a un gesto de absoluta exaltación. En pleno fervor religioso, cuando Terelu Campos vio pasar a su adorada Virgen de la Salud, se arrodilló ante ella. “Cuando la vi pasar por el Puente de la Aurora, me convertí en un auténtico mar de lágrimas”, nos dice. “No me pude contener y tuve la necesidad de arrodillarme delante de ella cuando la vi. No paré de rezarle”. La malagueña se deshizo en llantos y con los ojos enrojecidos, como la podemos ver en nuestro nuevo número, pidió por todos sus seres queridos.
No le pesa. El dolor fue atroz, pero le mereció la pena. “No sé cuantas jeringuillas de líquido me sacaron de la rodilla derecha”, escribe en Lecturas. Cada centilitro sacado, no fue el balde. Lo hizo con convencimiento, con entrega y con fe. Cumpliendo una promesa que hizo años atrás.
Terelu Campos: “Vivo un momento de estrés emocional”
“Dentro de mí sentía una montaña rusa de sentimientos”, nos cuenta nuestra bloguera. Terelu Campos asegura estar viviendo un momento de gran “estrés emocional” y que le hacía debatirse en si sería capaz de meterse bajo el manto de la virgen, como siempre hace, o si entraría en pánico, fruto de un ataque de ansiedad. Pero finalmente, y arropada por dos buenas amigas, se armó de valor y se metió bajo el trono. “Cuando me veo allí, vivo uno de los momentos más hermosos y emotivos que recuerdo bajo su manto. Nunca había llevado a la Virgen dando dos pasos hacia delante y ocho hacia atrás. Pensé que podía equivocarme y liarla parda. Ella me ayudó a hacerlo bien”. Asegura que tras eso se sintió satisfecha consigo misma, feliz por haber logrado cumplir con lo prometido y de haberse antepuesto a sus propias limitaciones mentales.
De ahí que, cuando tuvo que enfrentarse a las inyecciones en el hospital, lo hiciera gustosa y sintiendo que cada pinchazo había sido por algo importante.
Terelu Campos deja atrás su Semana Santa más dolorosa
Ella iba preparada para enfrentarse a unos días duros y raros; pero lo vivido superó aquello que imaginó. “Os confesé que sería la Semana Santa más difícil de mi vida y no me equivoqué”. Para Terelu, enfrentarse a estas fechas sin tener a María Teresa a su lado ha sido un verdadero shock, “estar allí y sentir que mi madre no estaba ha sido más duro de lo que pensé”.
María Teresa Campos, quien vivió un susto médico las pasadas navidades y a raíz del cual su salud se ha debilitado considerablemente, ha estado estos días en su hogar madrileño, siempre atendida y sin enfrentarse a los sobresaltos que implican esta clase de viajes. La Semana Santa del 2022 fue la última que disfrutó viendo a su cristo pasar por las calles de su querida Málaga, su tierra de adopción y a la que vincula algunos de los mejores recuerdos de su vida.