Que la relación entre la infanta Cristina (58 años) y Letizia (51 años) no es buena es algo que todos los seguidores de la Casa Real conocen. No es ningún secreto que en numerosas ocasiones se hablado de las tiranteces y los desaires que han protagonizado. Y es que la llegada de la periodista a la familia real no fue de agrado para nadie. De hecho, Pilar Eyre recuerda en la revista Lecturas un gran enfrentamiento que tuvieron la hermana de Felipe VI con su mujer hace un par de veranos en Marivent. "Con su hermano, su mejor amigo, su cómplice cuando eran jóvenes, no hay relación ya que el trato con su cuñada es muy difícil y cuando están juntas saltan chispas", comienza diciendo la periodista en las páginas que ya podéis encontrar en los mejores quioscos.
"Hace dos veranos tuvieron una pelea monumental en Marivent: Letizia bajó a cenar en mallas de gimnasia, Cristina se lo afeó y la reina le gritó que ella en su casa se vestía como le daba la gana. Desde entonces no han vuelto a dirigirse la palabra", cuenta Pilar, que dice que tampoco la hermana de Felipe ha hecho por mostrar un ápice de amabilidad por la reina. "Tampoco Cristina ha apoyado, al menos de forma pública, a Letizia en estos momentos tan difíciles que está pasando. Y es que quizás ella tampoco se sintió apoyada ni por su hermano y ni por su cuñada cuando su vida se hundió de una forma pública y estrepitosa", añade.
Más detalles sobre el enfrentamiento entre Cristina y Letizia
Lecturas.com pudo conocer el verano pasado por fuentes solventes a la Casa Real que la hermana y la mujer de Felipe VI discutieron a la hora de la cena porque a la infanta no le parecía bien la indumentaria que llevaba la Reina. Después de una sesión de duro entrenamiento de la Reina (de sobra es sabido que la monarca es una amante del deporte en general y de la vida fitness), a Cristina no le gustó nada que la mujer de su hermana se sentara a la mesa sin haberse cambiado de ropa. Unas palabras que la periodista no quiso tolerar, por lo que no dudó en contestar diciendo que ella no era nadie para juzgar lo que llevaba puesto, que podía vestir lo que quisiera porque estaba en su casa y de vacaciones, que ella estaba allí gracias a sus hijos y que si no fuera por ellos no volvería nunca más a Marivent.
Las primeras tensiones entre cuñadas
Los enfrentamientos entre Cristina y Letizia vienen de lejos, aunque primero fueron grandes amigas. El primo de la Reina en su libro 'Adiós, princesa' ya contaba que Iñaki y su ahora exmujer eran las únicas personas "normales" de la familia real. "Cuando Letizia y Felipe empezaron a salir se veían muchas veces en el piso que tenían entonces los Urdangarin en Barcelona y también iban a comer a los restaurantes de la zona, como el Jardín de la abadesa, mezclados en un grupo para disimular la relación que los unía. Las dos parejas eran tan cómplices que Letizia le confesaba a Iñaki los sinsabores con los que se encontraba al chocar con el rígido protocolo de la Casa e él le contaba cómo se había bandeado él mismo", explica Pilar en uno de sus blogs de Lecturas.
Letizia y Cristina se llevaron bien al principio, pero finalmente su relación dio un giro de 180 grados.
"Con el altivo Marichalar, sin embargo, nunca se entendió y con la infanta Elena había tal disparidad de carácter que Letizia no sabía qué temas tratar con ella, ya que el mundo de la hípica le resultaba ajeno y tampoco era religiosa. Así pues, Iñaki y Cristina eran sus asideros y ellos fueron los encargados de comprar algo tan personal e importante como su anillo de compromiso. El primer desencuentro llegó cuando bautizaron a Irene, una ceremonia que tuvo lugar en los jardines de la Zarzuela. Con naturalidad, Cristina le pidió a su cuñada que hospedara a sus suegros y Letizia se negó alegando que estaba embarazada y que no le apetecía tener en casa a unas personas a las que no conocía. El rostro de incomodidad de Letizia durante el bautizo hizo correr ríos de tinta, aunque en aquellos momentos no sabíamos qué había pasado", revela Eyre.
Eso sí, la periodista cuenta que después de aquello todo fue a peor: cuando Letizia tuvo sus propios hijos dejó de prestar atención a sus sobrinos y Cristina tampoco interactuó nunca ni con Leonor ni con Sofía. "Otro desencuentro ocurrió cuando Iñaki cumplió 40 años. En medio de la fiesta, que tuvo lugar en su nueva casa en Pedralbes, el jugador le pidió ayuda a su cuñado con la hipoteca, a lo que Felipe contestó: 'Si no podías comprarla ¿por qué os lanzaseis? Aquí cada uno se paga lo suyo'. Según testigos directos, el resto de la noche Felipe y Letizia se mantuvieron en un rincón sin hablar con nadie y posaron de mala gana para los fotógrafos", comenta.
"Cuando empezaron a destaparse las irregularidades económicas del deportista, Letizia se quitó el anillo de compromiso que él había comprado y no ha vuelto a ponérselo nunca. Su actitud pública hacia ellos se volvió muy fría y, cuando Felipe le pidió a su hermana que se divorciara de Iñaki, Cristina vio detrás la mano de Letizia y su aversión mutua se acrecentó. Y, aunque sabía que eso iba a causar su expulsión del núcleo real, se negó a romper su matrimonio, se sentó en el banquillo de los acusados y visitó a Iñaki en prisión con una enorme dignidad que muchos admiramos, anteponiendo su familia a la institución", añade la experta en Casa Real.