Iñaki Urdangarin es pasado para infanta Cristina. Dos años después de la portada de Lecturas que dinamitó su matrimonio y la firma definitiva del divorcio, la hermana de Felipe VI ha dado carpetazo a todo. Pilar Eyre ha llevado la soledad de la infanta a las páginas de nuestra revista, una nueva etapa en la que Cristina no quiere ni oír hablar de hombres y, mucho menos, del padre de sus hijos.
Durante meses hemos hablado de una Cristina enamorada de su ex y triste por el abandono, comentarios cargados de compasión que han hecho daño a su protagonista. La escritora y bloguera de Lecturas asegura que la propia infanta les confesó en uno de los últimos actos en que coincidieron que le da "mucha rabia" que se repita continuamente que sigue enamorada de Iñaki Urdangarin. "Se siente ultrajada por esa imagen bobalicona", cuenta Eyre.
Entonces, ¿por qué sigue llevando su alianza de casada? Pilar Eyre lo aclara. Cristina asegura que Iñaki es y será siempre el padre de sus hijos y ese anillo "es el símbolo de la familia que crearon y él traicionó". "'No he sido yo la que he fallado... por eso no me lo voy a quitar', nos dijo en aquel lejano febrero de 2022".
Pilar Eyre asegura que para la infanta ha sido muy doloroso ver como el amor de su vida le engañaba a ojos del mundo, un desconsuelo del que ha conseguido reponerse poco a poco "con mucha terapia y una gran fuerza de voluntad". "Pero, como es humana, no puede desprenderse de la profunda aversión que siente por 'la otra'", antipatía que se ha trasladado de manera inevitable a cómo sus hijos marcan distancia con Ainhoa Armentia a pesar de ser la mujer que comparte la vida con su padre.
La nueva vida de soltera de la infanta Cristina
Mientras Iñaki Urdangarin aprovechaba la firma del divorcio para dar un paso más en su relación con Ainhoa Armentia e irse a vivir juntos, la infanta Cristina se resiste a abrir su corazón a un nuevo amor. "Ni tiene novio ni quiere", asegura Pilar Eyre en las páginas de Lecturas.
En esta nueva etapa como mujer soltera, la hermana de Felipe VI se ha volcado en el trabajo, en sus hijos y su círculo de amigos más íntimos en los que puede confiar plenamente. Sus idas y venidas a España son habituales, ya sea en Madrid para estar con su madre o su hermana, o Barcelona, para pasar tiempo con su hijo Pablo. A ellos se une su prima Alexia de Grecia, a la que está muy unida. Hace solo unos días, Cristina era pillada en Las Palmas de Gran Canaria disfrutando de los carnavales. Planazo que en el pasado sería algo impensable teniendo en cuenta que apenas salía de Ginebra (Suiza).
El cambio es evidente. La infanta se muestra más relajada y no duda en dejarse ver de manera pública de manera habitual. Una nueva vida que está dispuesta a disfrutar arropada por las personas que realmente la quieren.