Tras su intensa pero fugaz estancia en Londres que terminaba en la noche de ayer con su asistencia al partido de Champions League del Real Madrid, don Juan Carlos (86 años) aterrizaba este 19 de abril en el aeropuerto de Vigo pasadas las 13.45 horas, algo más tarde de lo que estaba previsto. Visiblemente tranquilo y consciente del revuelo que genera su presencia en nuestro país, el rey emérito era recibido a pie de pista por su amigo Pedro Campos, un apoyo incondicional para él desde que hace tres años se trasladara a vivir a Abu Dabi.
Por segundo año consecutivo, don Juan Carlos ha elegido Sansenxo y aunque su agenda parece secreto de Estado para evitar una excesiva exposición pública, volverá a repetir la misma hoja de ruta con el Club Náutico de la localidad como base. Ha sido el programa 'Ya es mediodía', quien ha emitido las primeras imágenes del padre de Felipe VI en suelo español. Con un look casual compuesto por jeans, jersey azul marino y chaleco a juego, él mismo bajaba las escalerillas del jet privado por su propio pie, detalle que confirma que su estado físico es óptimo.
El rey Juan Carlos desciende del jet privado por su propio pie
Al mismo tiempo que Juan Carlos se dejaba ver en la ciudad gallega, don Felipe hacía frente a sus compromisos institucionales en Málaga con un hipotético encuentro entre padre e hijo en el horizonte.
Los planes del rey Juan Carlos durante su estancia en Sanxenxo
Desde Zarzuela le han pedido más discreción, pero don Juan Carlos no piensa quedarse encerrado en casa. Tras instalarse en casa de su amigo íntimo Pedro Campos, será este jueves cuando el emérito se deje ver en el Real Club Náutico de Sanxenxo para participar en los entrenamientos previos a la celebración del campeonato de vela que tendrá lugar este fin de semana. Después, disfrutará de un almuerzo tardío junto a su equipo en un restaurante de la zona.
El rey Juan Carlos ha aterrizado en el aeropuerto de Vigo a mediodía de este miércoles
La intención es que don Juan Carlos disfrute de su gran pasión por la vela pero desde un perfil bajo. Por lo que a diferencia del año pasado, que también aprovechó para visitar a su nieto Pablo Urdangarin, no habrá apariciones públicas más allá de su estancia en el Club Náutico. Lo que es todavía un misterio es si copiará la hoja de ruta de hace un año y dará por concluía su estancia en España con una visita a don Felipe y doña Letizia en el Palacio de la Zarzuela. De ser así, la princesa Leonor volverá a ser la gran ausente de esta cita familia, lo que lleva a sumar más de tres años sin ver a su abuelo.
La soledad del rey Juan Carlos, la mayor diferencia con su anterior viaje
Si hay un detalle que ha sorprendido respecto al viaje que realizó el año pasado por estas fechas es que, en esta ocasión, nadie de su familia ha estado en el aeropuerto de Vigo para recibirle. La infanta Elena se desplazó desde Madrid hasta la localidad gallega para reencontrarse con el emérito a pie de pista. Una de las imágenes que dejó aquella visita fue la reverencia de su hija nada más pisar suelo español. En esta ocasión, la soledad del rey se ha convertido en la tónica, al menos de sus primeras horas de nuevo en nuestro país.
Un golpe que parece no haber encajado bien, y más teniendo en cuenta que, finalmente, ese cacareado encuentro con el rey Carlos III en Londres no ha tenido lugar, a pesar de que su entorno y sus fieles no han parado de repetir esta versión. Así, el emérito ha viajado desde la capital inglesa sin ver cumplido su cometido. De ahí, posiblemente, que no haya tenido las ganas de bromear y saludar a los medios y ciudadanos que se encontraban apostados en la casa de su amigo Pedro Campos, su refugio de Sanxenxo de nuevo estos días.