Si hay alguien que vive con especial emoción los planes familiares en Palma de Mallorca, esa es la reina Sofía (85 años). A la madre del rey Felipe siempre le encanta hacer gala de la unión familiar y posar con sus hijos y con sus nietos durante sus vacaciones en el Palacio de Marivent. Pues bien, un año más doña Sofía ha tenido la oportunidad de disfrutar de la cena que ya se ha convertido en toda una tradición durante los días que los reyes Felipe (56 años) y Letizia (51 años) y sus hijas la princesa Leonor (18 años) y la infanta Sofía (17 años) pasan en Palma de Mallorca. Esta velada ha servido para ver los gestos de cada uno de los que ha formado parte del plan. Inevitablemente, muchos ojos han ido a parar tanto a doña Sofía como a doña Letizia, cuyos movimientos han resultado reveladores.
A lo largo de los años, mucho se ha hablado de la relación de suegra y nuera. Durante mucho tiempo se ha hecho alusión a cómo la madre y la mujer de Felipe VI no se han llevado bien, algo que incluso evidenciaron en público con un desencuentro que tuvo lugar en la catedral de Palma de Mallorca. Sin embargo, desde hace un tiempo, sus apariciones se han caracterizado por el intento de hacer ver que las cosas están bien entre ellas. Pero en la noche del domingo, esto ha quedado en un segundo plano, en especial por la actitud de doña Letizia.
La reina Letizia, discreta y en un segundo plano en Mallorca
Después de unos días muy intensos en París, donde ha disfrutado de diferentes competiciones de los Juegos Olímpicos, la reina Letizia ha vuelto a Palma de Mallorca con perfil bajo. Durante este plan familiar, doña Letizia se ha mantenido en un segundo plano. Mientras que sus hijas la princesa Leonor y la infanta Sofía han acaparado todas las miradas, en especial por el bonito gesto que han tenido con Irene de Grecia y Tatiana al ayudarles con sus sillas de ruedas, y al mismo tiempo en el que doña Sofía ha tenido gestos más llamativos que repasamos a continuación, la mujer de Felipe VI se ha mostrado discreta.
La reina Letizia ha saludado a la prensa y ha estado muy pendiente de toda su familia. Pero lo ha hecho unos pasos más atrás de don Felipe y doña Sofía, mirando a sus hijas dejando claro que prefería que ellas fueran protagonistas en esta noche tan familiar y con una sonrisa de lo más discreta con la que ha cambiado por completo la actitud que tuvo en París. Porque si algo hay que destacar del actual verano de doña Letizia, es que la capital francesa se ha convertido en su mejor vía de escape.
La felicidad de la reina Sofía durante la cena familiar en Mallorca
Por su parte, la reina Sofía sí que se ha mostrado feliz. Durante la cena de la que ha disfrutado en Palma de Mallorca, ha sonreído en varias ocasiones. Algo que no es de extrañar teniendo en cuenta que ha acudido al restaurante Mia rodeada por su círculo más cercano. Además de su hijo, su nuera y sus nietas, doña Sofía ha disfrutando de esta noche tan señalada de su hermana Irene de Grecia y de sus amigos Tatiana Radziwill y Juan Enrique Fruchaud. De ahí que esta haya sido una velada tan especial para ella.
Además, ha sido la mejor oportunidad para hacer gala de la complicidad con su hijo. Doña Sofía ha llegado al restaurante ubicado muy cerca del puerto de Palma de Mallorca agarrada del brazo de don Felipe.Un gesto que es toda una declaración de intenciones a la hora de que madre e hijo hagan gala de cómo se llevan realmente.
La reina Letizia y la reina Sofía, distantes en Mallorca
Sin embargo, aunque hace una semana doña Letizia y doña Sofía intercambiaron gestos de complicidad durante la recepción a la que asistieron en el Palacio de Marivent, esta vez suegra y nuera no han tenido esos gestos que siempre son de lo más comentados. Este domingo, durante su paseo mallorquín, han preferido que su relación quede en un segundo plano y dar un paso atrás en este sentido para dejar protagonismo a otras cuestiones.