Camila Parker Bowles (76 años) se ha convertido en los últimos meses en una figura indispensable para la Corona británica. Su transformación de suplente a protagonista sin duda va a ser objeto de debate y de estudio por parte de los historiadores. Y es que la ahora Reina jamás no solo no pensó nunca llegar tan algo en la monarquía, sino que tampoco imaginó que pasaría de ser "la mujer más odiada" del país a uno de los pilares fundamentales que están sosteniendo a al familia real en medio de una de las peores crisis que se recuerdan, además de que su popularidad ha crecido exponencialmente.
Rebecca English, experta real y periodista de 'The Daily Mail', ha analizado cómo la ahora Reina ha cambiado totalmente su imagen. Una figura que para algunos era imposible transformar. Y es que cuando se casó con el rey hace casi 19 años, los asesores reales se esforzaron en hacer hincapié que la entonces duquesa de Cornualles iba a ser solo una simple consorte, un sostén para el ahora Rey.
"Dijeron que su papel era solo el de apoyar a su marido en el cumplimiento de sus cada vez más pesados deberes", revela la comunicadora, que tiene claro que nadie en su círculo cercano (ni lejano) círculo soñó que algún día sería coronada al lado de su marido (mucho menos con la bendición y aprobación de la Reina Isabel), y menos aún que acabaría sustituyendo al monarca en eventos oficiales. "Es la primera vez que una consorte desempeña un papel tan importante en el servicio de Jueves Santoen la catedral de Worcester en toda la historia británica", escribe.
Mientras que Carlos III sigue realizando los asuntos menores y tiene un papel casi entre bambalinas (además de seguir con su tratamiento contra el cáncer), la reina Camila se encuentra, para todos los efectos, en la primera plana de la Corona. "Alguna vez fue considerada una de las mujeres más odiadas de Gran Bretaña, pero muchos han sido conquistados por su calidez, humor y fuerte sentido del deber", explica la experta. "En la familia real son extremadamente obedientes. Es como en el teatro: si alguien está enfermo, otro ocupa su lugar, el suplente mantiene el espectáculo. Ella es el epítome del profesionalismo y el servicio público. Todo el mundo piensa que debería estar lloriqueando en un rincón, pero esta gente no está hecha de eso. Y es algo a lo que nunca tomó el título de princesa de Gales para no ofender a la opinión pública.
Camila es el mayor apoyo de Carlos III.
Rebecca asegura en el citado medio que la mujer de Carlos III está siendo una "auténtica soldado". "Está preocupada por su marido, todo el mundo lo está. A Su Majestad le está yendo increíblemente bien, pero es difícil ver a alguien a quien amas pasar por una experiencia como esta. Sin embargo, Camila simplemente se levanta y sale, haciendo exactamente lo que se le pide con una sonrisa en el rostro", comenta la experta.
La experta cree que una de las cosas que ha hecho subir la popularidad de Camila es que lo mejor de la gente se ve en los peores momentos" y la Reina lo está dando todo y en todos los sentidos. "Como muchas personas que cuidan a un ser querido con una enfermedad grave, la mujer de Carlos se debate entre estar al lado de su marido y hacer lo que se espera de ella. Pero ella sabe que su marido (respetuosamente nunca se refiere a él en público como el Rey o Su Majestad, incluso ante sus más allegados) odia que le mimen y todavía tiene una ética de trabajo prodigiosa", dice English.