Pablo Urdangarin cumple 24 años: enamorado de su novia, Johanna Zott, y con una gran responsabilidad familiar

Pablo Urdangarin celebra este viernes 6 de diciembre un cumpleaños muy feliz después de años complicados

Montse Jolis

Periodista especializada en corazón y sociedad

Actualizado a 6 de diciembre de 2024, 11:09

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Ser familiar del Rey podría parecer que, por nacimiento, ya se tiene una vida regalada. En el caso de Pablo Urdangarin, desde luego, esa premisa no se cumple, a tenor de las muchas adversidades que ha vivido desde que era un niño. Sufrió bullying en el colegio, vio a sus dos padres sentados en el banquillo en los juzgados de Palma, vivió el paso de su padre por la cárcel, el autoexilio de su abuelo Juan Carlos, y, hace casi tres años, la ruptura matrimonial de sus progenitores. Demasiado para un chaval que hoy, 6 de diciembre, cumple 24 años y que, pese a todo lo citado, se esfuerza a diario por ser mejor jugador de balonmano y que acepta con resignación –y con una grandísima elegancia– todos los avatares familiares, que no son pocos y no siempre buenos.

Triunfa en el balonmano y en el amor

Pero no todo es malo en la vida de Pablo Urdangarin, el único de los cuatro hijos de la infanta Cristina que ha seguido los pasos de su padre como deportista profesional. Su labor en el Fraikin BM Granollers ha contribuido a que su equipo ocupe, a la hora de escribir esta información, el tercer puesto de la tabla clasificatoria de la liga Asobal, lo que no está nada mal. Y no solo triunfa en el balonmano, también en su vida personal.

Dicen que el amor y el dinero no se pueden ocultar. Pablo Urdangarin está muy enamorado. La revista Lecturas publicó en rigurosa exclusiva la identidad de la joven rubia que le había robado el corazón al segundo hijo de la infanta Cristina. Se trataba de Johanna Zott, a la que conoció en el Liceo Francés de Barcelona, donde ambos estudiaron.

Que Pablo y Johanna están muy enamorados lo demuestran cada vez que son fotografiados juntos. La joven en la mayor seguidora de su chico y, además, mantiene una relación inmejorable con la infanta Cristina y con su cuñada Irene. La reciente compra de un piso en la Ciudad Condal por parte de doña Cristina, les permite tener mucha más intimidad. 

Johanna se encuentra actualmente estudiando en Alemania con una beca Erasmus.

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El nexo de unión familiar con Ainhoa Armentia

Se han cumplido dos años desde que la revista Lecturas publicó en exclusiva las primeras fotografías de Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia. Un reportaje que daba la vuelta al mundo y rompía para siempre el matrimonio de los que fueran duques de Palma. Aunque los cuatro hijos de la ex pareja se mostraron serenos y muy cerca de sus progenitores desde el primer momento, tomaron la determinación de mantenerse lejos de Ainhoa. Una decisión que ya habría llegado a su fin, al menos en lo que respecta a Pablo. 

Pablo Urdangarin y Ainhoa Armentia ya se conocen. La vasca ha acompañado en varias ocasiones a su chico a Barcelona, tiempo en el que no solo aprovechan para apoyarle desde la grada sino también para pasar tiempo en familia. Así, Pablo se ha convertido en el nexo de unión familiar con Ainhoa, a quien después de mucho tiempo ha recibido con los brazos abiertos.

Su buena educación y la forma en la que se expresa a pesar de las polémicas familiares que le salpican le han llevado a que recaiga sobre él una gran responsabilidad. Pero no solo eso, se ha convertido por razones obvias en el nexo de unión entre la novia de su padre y el resto de sus hermanos. 

Muy unido a sus hermanos

La imagen que tenemos de Pablo Urdangarin es la de un joven alto, muy guapo, deportista y que no duda en responder a los periodistas incluso cuando le hacen preguntas delicadas sobre la situación familiar o sobre la nueva relación de su padre, Iñaki Urdangarin, con la abogada Ainhoa Armentia. Pese a la ruptura de sus padres, él no se ha posicionado ni a favor ni en contra de ninguno, porque quiere a los dos por igual, del mismo modo que adora a sus hermanos, Juan (24 años), Miguel (21 años) e Irene (18).

¿Pero cómo era Pablo Urdangarin de niño? Nacido en la clínica Teknon de Barcelona, como todos sus hermanos, el 6 de diciembre de 2006, recibió el nombre de Pablo en honor a su bisabuelo materno, el rey Pablo de Grecia, padre de la reina Sofía. Sus padrinos de bautizo fueron Alexia de Grecia, prima hermana de la infanta Cristina y una de sus mejores amigas, y el príncipe Kubrat de Bulgaria, hijo del rey Simeón de Bulgaria y Margarita Gómez-Acebo, cuñada de la infanta Pilar de Borbón, fallecida en 2020. En su bautizo recibió también los nombres de Nicolás, onomástica que se celebra el 6 de diciembre, día de su nacimiento, y Sebastián, patrón de Palma de Mallorca.

Desde bien pequeño ha sido un niño que ha estado muy unido a sus hermanos, sus mejores compañeros de juegos, ya que entre los tres chicos apenas hay una diferencia de tres años. Quizá porque llegaron los tres muy seguidos, Pablo enseguida tuvo que olvidarse de ir sentado en el carrito del bebé, porque ese lugar ya lo ocupaba su hermano Miguel, así que era fácil ver a la infanta Cristina por la calle empujando el cochecito y, a ambos lados, Juan y  Pablo, de tres y dos años, respectivamente, o incluso menos, caminando junto a su madre.

Cristina, Iñaki y sus tres hijos mayores, Juan, Pablo y Miguel.

Agencias

Pablo, un joven muy educado y formalito

También hemos sido testigos de la exquisita educación que ha recibido. Un día, Pablo acompañaba a su padre y a sus hermanos en el Club Naútico durante la entrega de premios de unas regatas en las que había participado su madre, su tío Felipe y su abuelo Juan Carlos. Pablo era un niño que no tendría aún los tres años y aunque era alto para su edad, casi no llegaba a las mesas.

Se acercó él solo, aunque un escolta lo vigilaba a una distancia prudencial, a una mesa del cátering en la que un camarero servía queso parmesano a los asistentes. El niño se dirigió al camarero, al que trató de "señor", y con suma educación y expresándose muy correctamente, le pidió que le recortara un poco de queso con el punzón. Y, por supuesto, sin olvidarse del "por favor" y del "gracias".

Deportista como sus padres

Pablo Urdangarin ha seguido los pasos de su padre en el balonmano profesional, pero de su madre ha heredado su pasión por el esquí alpino, deporte que ha practicado desde muy temprana edad.

Pablo, en Baqueira Beret.

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No le hemos visto, siendo ya adulto, dedicarse a la vela, el deporte por excelencia de la familia real española, aunque de pequeño, cada verano su abuela Sofía les regalaba a todos sus nietos un cursillo de vela ligera en la Escuela de Calanova, en Mallorca. Es decir, tanto Pablo, como sus hermanos y sus primos Marichalar, han tenido oportunidad de conocer y practicar este deporte.

Con los años y a punto de estallar el escándalo del caso Noós, la familia se fue a vivir primero a Washington y, después, a Ginebra. Ya con el caso Nóos en toda la prensa y en los juzgados, la familia vivió sus años más duros. Repudiados por Zarzuela, en 2015 se les retiró el título de duques de Palma y la avenida que el ayuntamiento de la ciudad mallorquina les había dedicado en 1998 pasó de nuevo a llamarse por su antiguo nombre, La Rambla. Desde el caso Nóos, los ex duques de Palma y sus cuatro hijos optaron por seguir un perfil bajo para no ocasionar más daño a la monarquía.

Compagina el balonmano con un grado de Dirección de Empresas.

Agencias

Su presente y su futuro

Pablo empezó a jugar al balonmano en el club en el que triunfó su padre, en Barça, y cuando la familia marchó a Ginebra siguió jugando a su deporte favorito. Con 18 años, Pablo fichó por la cantera del club alemán TSV Hannover. Al año siguiente, pasó a formar parte de las filas del HBC Nantes y en 2021 fichó por el equipo B del Barça de balonmano, pero jugó algunos partidos con el primer equipo. Este año ingresó en el Fraikin BM Granollers, equipo en el que milita en la actualidad. Sus padres y sus hermanos acuden a verlo siempre que pueden. También su abuela, Claire Liebaert, madre de Iñaki, ha estado viendo a su nieto, y hasta el rey emérito Juan Carlos ha acudido a aplaudirlo en una de sus visitas a España.

De Pablo se dice que se parece físicamente y en carácter a su abuelo materno. Cariñoso, extrovertido, deportista y, de niño, algo travieso, pero a la vez tranquilo. El hijo de la infanta Cristina, además de jugador profesional, también se prepara con vistas a labrarse un futuro cuando termine su carrera deportiva.

Se sabe que cursa un grado de Dirección de Empresas en la EU Business School y, además, es una figura en la red social Tik Tok, donde tiene miles de seguidoras. Por cierto, Pablo Urdangarin podría reinar en España si se diera la (poco probable) circunstancia. Es el octavo en la línea de sucesión al trono porque su madre no ha renunciado a sus derechos dinásticos. Por delante de él están sus primas, Leonor y Sofía, su tía la infanta Elena, sus primos Froilán y Victoria Federica, su madre la infanta Cristina y su hermano Juan Urdangarin.

 

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