Federico de Dinamarca (55 años) ha acaparado todas las miradas. Desde que la revista Lecturas publicó en exclusiva unas fotos del heredero de la corona con Genoveva Casanova (47 años) en Madrid, su persona ha estado en el centro del foco mediático. Sus últimas apariciones han sido analizadas con detalle, observando cada gesto y palabra. La más reciente ha sido su promoción de una carrera benéfica, en la que parece mandar un mensaje en clave. Un escándalo que se suma a muchos otros protagonizados por el hijo de la reina Margarita de Dinamarca.
Y es que, desde que era solo un adolescente, el príncipe ha protagonizado algunas polémicas muy sonadas. Amoríos y conductas reprobables, especialmente para un miembro de la Familia Real, eran el pan de cada día para la Casa Real danesa. La más famosa casi le costó sus derechos dinásticos y le generó un apodo que, a día de hoy, aún se mantiene. ¿Cuál es? ¿Por qué se lo pusieron?
La polémica más sonada de Federico de Dinamarca
Deportista, aventurero y enamoradizo. Así era Federico de Dinamarca en sus años mozos. Un joven que le gustaba la adrenalina, disfrutaba de cada momento y se ilusionaba con frecuencia. Era conocido por sus salidas nocturnas y los múltiples escarceos con modelos, cantantes y actrices, como Katja Storkholm, Maria Montell o Bettina Ödum. ¡Y tenía tatuajes! Unas marcas que representan varios instantes de su vida, algo insólito para un miembro de la realeza. "El actual príncipe heredero de Dinamarca tuvo una vida de soltero un poco agitada", explicó Mariángel Alcázar en 'Tarde AR'. Tanto es así que se ganó un apodo que aún hoy le persigue: 'Príncipe Turbo'.
Pero, ¿Qué hizo para ganarse ese mote? Fue a raíz del escándalo que marcó su vida y que estuvo a punto de costarle su futuro como rey. Un joven Federico mantenía una relación sentimental con la modelo Malou Aamund, con la que salió a celebrar la Nochevieja de 1992. La pareja cogió un coche y ella condujo en estado de embriaguez, mientras el príncipe lo permitía. La mala suerte fue que fueron interceptados por la policía, que los detuvo.
Cuando la noticia salió a la luz, el Parlamento de Dinamarca exigió que el joven renunciara a sus derechos dinásticos a favor de su hermano Joaquín. La Casa Real danesa, con su discreta actitud habitual, emitió un comunicado de disculpas, asegurando que no volvería a pasar nada parecido. Toda esta situación hizo que los ciudadanos daneses empezará a denominarle como el 'Príncipe Turbo', algo que además quedaba más que justificado por su gusto por el mundo del motor.
El mensaje secreto que Federico de Dinamarca ha lanzado en su última aparición
Después de recibir al rey Felipe VI (55 años) y la reina Letizia (51 años) y acabar sus compromisos institucionales con ellos, Federico y Mary se retiraban a la privacidad de su hogar. La polémica de las fotografías estalló en un momento en que los príncipes no podían ocultarse tras las paredes de palacio, así que, es lógico que tras acabar este papel, el matrimonio decidiera refugiarse en su intimidad. Pero no por mucho tiempo. El príncipe Federico ha reaparecido hoy en un vídeo publicado por el Instagram de la Casa Real danesa en el que promociona la carrera Royal Run 24.
Se trata de una jornada en la que los miembros de la Familia Real participan en varios planes y pruebas junto con los ciudadanos con el objetivo de estrechar lazos. Con un tono alegre y enérgico, el heredero al trono mostraba imágenes de las carreras pasadas animando a participar a todos los daneses y danesas. No obstante, ha habido un gesto que no ha pasado desapercibido por los usuarios: Federico ha empezado el vídeo con un primer plano en el que saludaba, haciendo bien visible su alianza de boda con Mary Donaldson. Un gesto, en apariencia inocente, que esconde un evidente mensaje: su absoluta lealtad a su matrimonio y a Mary, la madre de sus hijos.
¿Qué les depara el futuro a Mary Donaldson y Federico de Dinamarca?
El cambio de actitud fue patente y radical. De sonrisas y gestos cariñosos a un rictus serio y distante. Era evidente que la noticia publicada por Lecturas no había sentado bien a la futura reina de Dinamarca. Un giro en su forma de proceder durante los actos públicos que hacía imposible no preguntarse qué futuro les depara al matrimonio danés. Su historia de amor estuvo marcada por el esfuerzo, ya que vivían en países distintos, y el amor más puro. Mary abandonó su Australia natal, aprendió el idioma de su prometido y se convirtió al Luteranismo.
Sin embargo, a la vez, los escándalos del príncipe les han perseguido durante todos estos años, generando graves crisis en el matrimonio. En 2017, la revista danesa, Her&Nu compartía una información asegurando que el heredero al trono había sido desleal a Mary. El futuro rey habría contratado los servicios de una 'scort' de lujo y ella misma afirmó los hechos, detallando haber cobrado hasta 7.000 no solo por sus servicios aquel día, sino también por su silencio.