Todos (los carnívoros) estamos de acuerdo en que un solomillo de ternera necesita muy poco para brillar. Un poco de aceite en la plancha y algo de sal, quizá pimienta, es todo lo que necesita para convertirse en un auténtico manjar. No obstante, si queremos sorprender a nuestros invitados y sofisticarlo un poco más podemos servirlo acompañado de una salsa. Las de queso y las de pimienta suelen ser de las más populares pero las hay de muchos tipos . La que te proponemos a continuación va un paso más allá. Se trata de una salsa de Pedro Ximénez, un tipo de vino muy utilizado en cocina que se suele servir reducido a modo de salsa en montones de platos, desde ensaladas a carnes como esta. Aquí además hemos añadido cebollas y castañas. Estas últimas le dan un toque de otoño al plato y casi lo visten de alta cocina. Desde luego que este plato está pensado para sorprender. La mayor dificultad que tiene, sin embargo, es la de pelar las castañas. No porque sea especialmente complicado sino porque puede llevar un rato. Así que sé previsor o previsora y déjalas listas antes de empezar a cocinar la salsa. Solo hay que escaldarlas previamente para poder extraer toda la piel. En el primer punto de la receta tienes una explicación detallada del paso a paso. El resto, solo es disfrutar. Consejos: Es probable que cada comensal quiera la carne cocinada a un punto determinado, hay quien la quiere prácticamente cruda y quien si ve un hilo de líquido rojo se desmaya así que ten la precaución de preguntar primero y ajustar el tiempo de cocción a los gustos de cada uno. Diluye la harina de maíz en un poco del caldo frío antes de agregarla a la sartén. Hazlo con unas varillas manuales o con unas eléctricas si vas mal de tiempo pero es clave que no quede un solo grumo.