Una jugosa hamburguesa, unas costillas a la brasa o incluso unas simples patatas fritas se transforman en bocado de dioses si se acompañan con una buena salsa barbacoa. Ese toque ahumado, dulzón y ligeramente picante tiene la capacidad de dar lustre hasta a los platos más sencillos. Y lo mejor de todo, es tan fácil de preparar que ni siquiera necesitas encender el fuego. Si eres de los que, como yo, disfrutan de esa mezcla irresistible de sabores y te gusta sorprender a los tuyos, te prometo que esta receta de salsa barbacoa será tu nueva favorita. Olvídate de las salsas comerciales, porque cuando descubras lo fácil que es hacerla en casa, la prepararás en cada ocasión. Con ingredientes sencillos y en menos de 5 minutos tendrás una salsa casera que arrancará aplausos de tus comensales. Aparte de lo fácil y rápido que es prepararla, la clave está en el sabor. Hacerla en casa te permite jugar con las proporciones de cada ingrediente para conseguir justo el toque que te gusta. Si la prefieres más dulce, puedes añadir un poco más de miel. Si te va lo picante, prueba a echar un poquito de chile o alguna especia que te guste. Esa flexibilidad es algo que no puedes conseguir con las salsas de bote. Además, se trata de una salsa tan versátil que la puedes usar prácticamente con todo, carnes a la brasa, hamburguesas, sándwiches, o incluso para darle un giro espectacular a unas sencillas patatas fritas. Una auténtica maravilla. Te adelanto que hay versiones diferentes para cada ocasión. Si ya has probado la receta básica y te ha gustado, es hora de darle una vuelta y personalizarla aún más. Aquí van algunas ideas: Salsa barbacoa con toque picante : Añade un chorrito de salsa de tabasco o un par de guindillas machacadas junto con los demás ingredientes para un toque más atrevido. Con un toque ahumado más marcado : Si te encanta el sabor ahumado, puedes añadir un poco de pimentón ahumado o, si eres un auténtico gourmet, unas gotas de humo líquido. Hará que la salsa tenga ese puntito extra que tanto nos gusta. Salsa barbacoa dulce : Para los más golosos, puedes jugar con la miel o incluso añadir un poco de sirope de arce o azúcar moreno para que la salsa tenga un toque más dulzón. Otra opción interesante es acompañarla con algunos toppings. Si sirves hamburguesas o carne a la parrilla, coloca al lado pequeños cuencos con cebolla caramelizada, pepinillos o incluso tiras de bacon crujiente. ¡Verás cómo la salsa barbacoa se convierte en la estrella de la mesa! Si todavía no te has convencido, te doy una última razón para preparar esta salsa en casa, evitas los conservantes y demás aditivos artificiales y de dudosa procedencia que suelen tener las salsas comerciales. Es a todas luces una opción más saludable. Una vez que la pruebes, no volverás a las compradas. Así que, la próxima vez que prepares una hamburguesa, una carne a la brasa o cualquier plato que pida un acompañamiento sabroso, no dudes en sacar tu salsa barbacoa casera. Tus invitados (y tu paladar) te lo van a agradecer. ¿Y lo mejor? No necesitas ser un experto en la cocina ni tener mucho tiempo para hacerla. ¡Manos a la obra!