Pablo Motos saca de quicio a Tamara Falcó en 'El Hormiguero' con esta petición para su boda con Íñigo Onieva

Pablo Motos ha querido conocer los últimos detalles de la boda de Tamara Falcó e Íñigo Onieva, pero ha hecho especial hincapié en el menú

Lorena López
Lorena López

Periodista especializada en corazón y televisión

Tamara Falcó y Pablo Motos
Atresmedia/GTRES

Ya queda nada para la boda del año. Tamara Falcó (41 años) e Íñigo Onieva (34 años) se darán el 'sí, quiero' el próximo 8 de julio. La expectación es tal que hasta el propio Pablo Motos (57 años) está deseando resolver incógnitas como el vestido de novia. "Te reconozco una cosa. Es la primera vez en mi vida que estoy deseando ver un vestido de novia, nunca me han llamado la atención", le aseguró el presentador de 'El Hormiguero' la semana pasada. Este jueves, como cada semana, el presentador ha vuelto a comenzar la tertulia dando paso a la marquesa de Griñón. 

Tamara se ha sentado en la tertulia junto a Nuria Roca (51 años), Juan del Val (52 años) y Cristina Pardo (45 años), una que ha vuelto a comenzar con una pregunta sobre su boda. "¿Estás nerviosa?", le ha dicho Pablo Motos, mientras sus compañeros le insistían en que se le ve "radiante". "Estuve un tiempo en el mundo de las bodas, trabajando en El Rincón. No entendí por qué las novias se estresaban tanto por cosas como los cubretacones. Oues ahora me está empezando a pasar", ha confesado.

Pablo Motos se mostró intrigado por aquello de los cubretacones. No sabía qué es ese utensilio que se utiliza para evitar que los zapatos se hundan en superficies como el césped. Sin embargo, lo que realmente le preocupaba tiene que ver con el menú de la boda. Le ha preguntado sobre el estado de la comida, pero Tamara ha cortado rápidamente el tema. Sabía a qué se refería. "Ya he pedido tu pollo", le ha dicho. "No te preocupes que tu pollo está más que pedido", ha insistido. 

 

El presentador de 'El Hormiguero' ha expresado sus exigencias culinarias: solo pollo y nada de pescado. "Es que el pichón está...", ha dicho Pablo en un intento de desviar la atención del tema. No lo ha conseguido. De hecho, se ha llevado una reprimenda de Tamara: " Pablo, hay que ampliar un poco tus horizontes culinariaros. El sushi es como el italiano de los ochenta". A esto, el presentador le respondía: "El pescado crudo es para los naufragos". 

Lo cierto es que Pablo Motos no come pescado. "Ni crudo ni rebozado", ha apuntado Juan del Val. Tamara Falcó no daba crédito a este detalle: "¿Pero tú no has crecido en Valencia?!". Los tertulianos han bromeado con que Pablo tendrá menú infantil en la boda, pero él ha confesado que todo está relacionado con una mala experiencia en el restaurante de un amigo de él, "uno con estrellas Michelín". "Todos los platos estaban hechos de pescado. Me lo comí todo como un señor y casi me muero. Creo que fue de la impresión", ha recordado. 

Todo lo que sabemos del vestido de novia de Tamara Falcó

Ya sabemos que Isabel Preysler (72 años) aprueba el vestido de novia de Tamara: "Lo ha hecho con bastante efusividad". Pablo Motos ya adelantó un pequeño spoiler. Los encajes del vestido tienen un papel especial. "¿Cuántas personas están trabajando en tu vestido?", ha preguntado. La respuesta a la última pregunta era "19 personas". "Eso me dijo Wes (Gordon). A mí también me ha impresionado muchísmo y estoy superagradecida a todo el equipo de Carolina Herrera. Están haciendo lo imposible por terminar este vestido en un mes", ha respondido.

Ya solo queda una última prueba y será, a diferencia del resto, en Madrid. "Ver un vestido hecho ha sido una gozada. Espero que cumpla las expectación porque luego nunca se sabe, pero, claro, para gustos los colores", añadió en una aparición anterior en 'El Hormiguero'. 

Tamara Falcó estuvo sin diseñador para su vestido de novia hasta el pasado 25 de mayo. Inicialmente confió en 'Sophie et Voilà', pero las dueñas de la marca, Sofía Arribas y Saioa Goitia, decidieron desvincularse del proyecto. Aseguraban que lo hacían por las fuertes “exigencias” que la marquesa de Griñón ponía en cada visita al atelier. "Nuestra ética empresarial nos impide traspasar ciertos límites que pondrían en peligro la autoría original del diseño”, escribieron en un comunicado.

Encontró la solución en un viaje exprés a Nueva York, de solo 72 horas. En ese tiempo se reunió con Wes Gordon y su equipo. Fue acompañada de su estilista Blanca Unzueta. Su hermana, Ana Boyer, y su madre, fueron testigos de manera telemática. Juntos vieron qué podían ofrecerle y parece ha sido más que suficiente.