La historia de Eduardo (69 años) no es usual. En su caso estuvo casado y tuvo dos hijos antes de saber que, al separarse de su mujer, lo que le gustaban eran realmente los hombres. No por este hecho es poco habitual, sino porque en esos 22 años que han transcurrido desde entonces no ha encontrado a nadie apto para formar una pareja.
Ha llegado a 'First Dates' cargado con abanicos como regalo para Carlos Sobera (64 años). Los ha traído porque son su gran obsesión porque siempre está "más caliente que la punta de la plancha". El contable jubilado de Écija viene buscando a una persona que "sea noble, cariñoso y que le guste salir a la playa y a la montaña". Además del baile, porque es un todo experto en sevillanas.
Ha recibido a José (62 años), un peluquero jubilado de Valencia, con su número especial. Ha conseguido sorprenderle y encandilarle con el 'Ay, caramba' de Los del Río. "Físicamente es un señor muy atractivo que le puede gustar a cualquier hombre o a cualquier mujer. Ha sido muy bonito el detalle y ese detalle me ha emocionado", ha dicho.
En cambio a él, no. "La barba blanca no me gusta. Parece San Pancracio o San Leopoldo. No me ha parecido un hombre atractivo porque no es mi tipo", ha reconocido a las cámaras de 'First Dates'. Está claro que de primeras no se han seguido el ritmo. Aunque solo ha sido la primera impresión y aún quedaba la cena por delante para remontar una cita que no ha empezado con el mejor paso.
Pese a lo que se pudiera esperar, Eduardo ha puesto cero interés en conocer a José. "Me gustaría tener una pareja estable pero cuando llegue, llegará", ha reconocido a las cámaras del dating show sin preocuparle lo más mínimo que no fuese de su agrado. Mucho menos le ha gustado cuando José se ha puesto a cantarle una canción en el reservado del restaurante más famoso de la pequeña pantalla. "No canta mal pero tampoco canta bien", ha comentado al principio de la actuación para después terminar riéndose en su cara. Ha estado tan antipático y maleducado que hasta se ha puesto a limpiar la cuchara de su postre durante varios segundos y después a mirar su móvil.
Aunque el plato fuerte estaba por llegar. Le ha hecho la cobra al más puro estilo David Bisbal cuando José se ha puesto en acción para darle un beso sexy, tal y como decía una de las tarjetas de ‘First Dates’. "Yo quiero respeto", le ha espetado mientras miraba su móvil. ¡Qué ironía!
Estaba claro que no tendrían una segunda cita. "No ha habido química, no me atraes. Puedes ser muy buena persona, pero si no me atraes, no puedo hacer nada", le ha dicho Eduardo ante un José algo enfadado. Eso sí, él ha reconocido que a él sí le ha gustado. Como colofón y ante el rechazo, le ha dedicado otra canción, pero a Eduardo ha seguido sin gustarle y se ha marchado corriendo haciendo un ademán con la mano.