El jueves pasado Claudia Martínez (27 años) tuvo que poner fin a su aventura en ‘Supervivientes 2024’. Además de la expulsión por parte de la audiencia, la participante se encontraba a la espera de recibir noticias médicas sobre su continuidad, las cuales determinaron que tenía que abandonar para continuar con su recuperación en España. Ahora ha podido disfrutar de una buena comida, una ducha y poder verse frente al espejo para comprobar su transformación física.
El paso de la que fuera participante de ‘La isla de las tentaciones’ por Honduras ha sido de lo más llamativo. Contaba con el privilegio de concursar junto a su pareja Mario González (30 años). Sin embargo, no se encontraba del todo bien durante su estancia en la isla, algo que se agravó tras la expulsión de su pareja, provocando su evacuación. Tras unos días de aislamiento, la audiencia determinó que debía regresar a España, algo que hubiera ocurrido igualmente de haberse salvado por parte del público.
La reacción de Claudia Martínez al verse en el espejo
Los concursantes llevan más de un mes y medio sin poder verse delante de un espejo, algo que suelen echar de menos. Además, es el único modo que tienen de poder comprobar lo mucho que ha cambiado su cuerpo durante su estancia en los Cayos Cochinos. Por ello, en el momento en que son expulsados del concurso están deseando de poder disfrutar de ese momento tan esperado para ellos.
Claudia aparecía delante del espejo que se encontraba tapado completamente con una tela que se iba descubriendo desde la parte de abajo hacia arriba. Así lo último que ha podido verse la superviviente ha sido su cara. “Se me había olvidado la cara que tenía, de verdad”, comenzaba diciendo sin poder dejar de mirarse. “Qué cejas y qué bigote”, exclamaba mientras se acercaba al espejo.
Por otra parte, aprovechaba para darse la vuelta y poder ver todo su cuerpo. “Culo tampoco tengo”, decía mientras se giraba. No obstante, Claudia ha resumido a la perfección el sentimiento que tenía tras casi dos meses sin poder ver el cambio físico que ha experimentado su cuerpo. “Un poco impactante la verdad”, exponía sin poder dejar de mirarse al espejo después de tanto tiempo.
La ducha de Claudia Martínez tras ‘Supervivientes 2024’
Otro de los momentos que más disfrutan los concursantes es aquel en el que por fin pueden disfrutar de una ducha de agua dulce. “Una ducha, por fin, con jabón decente”, exclamaba antes de introducirse en la ducha al ser consciente del gran momento que iba a vivir. “¡Qué gusto!”, exponía mientras se enjabonaba y disfrutaba de este momento tan especial que no quería que acabase.
De hecho, mientras se lavaba la cabeza ha podido comprobar que todavía quedaban restos de su paso por la isla. “Por Dios, tengo arena”, decía. Claudia no paraba de disfrutar de dicho momento e incluso se acordaba de su pareja. “Y ya cuando me duche con Mario va a ser otro nivel”, expresaba entre risas. “Tengo unas ganas…”, añadía. “Yo me quedo aquí disfrutando de mi ducha así que adiós”, concluía antes de cerrar la puerta de la ducha para disfrutar de los últimos momentos en soledad. Al salir, Martínez se ponía frente al espejo para peinarse y descubría una cana. “Ha sido un mes y medio en ’Supervivientes’ pero yo he envejecido”, zanjaba.
Claudia Martínez disfruta de una comida tras ‘Supervivientes 2024’
El último momento al que acceden los expulsados es al de comer con la tranquilidad de no tener que hacerlo en un tiempo concreto y poder saborear cada bocado que se lleven a la boca. “Qué rico todo y sin tiempo”, expresaba Claudia nada más sentarse y poder ver el banquete que tenía por delante. Además, no sabía por dónde empezar a comer, ya que todo le apetecía tras casi dos meses comiendo arroz y coco.
“Nunca voy a olvidar esto en la vida. ¡Qué buena!”, exclamaba mientras se comía una hamburguesa. “He perdido los modales ya”, comentaba mientras comía con las manos. No obstante, se mostraba agradecida por la comida que le habían ofrecido. “Siento como que me lo van a quitar pero ya no. A ver si aprendo ya a utilizar los cubiertos, voy a intentarlo”, apuntaba entre risas.
Otro momento anecdótico ha sido el que ha podido disfrutar de un gran plato de espaguetis. “Es un gran paso no meter la mano”, declaraba mientras cogía los cubiertos. “Qué diferencia, vuelvo a ser una señorita otra vez”, apostillaba tras ver que había dejado atrás esas prisas por la comida. “Qué mal lo he pasado, de verdad, lo tenía que decir”, concluía sobre el hambre que ha pasado en estos meses.