EXCLUSIVA | Charlamos con Roser Tapias, de 'Sueños de Libertad': "interpretar a María es emocionalmente muy demandante"

La actriz Roser Tapias ha conseguido hacerse un hueco en nuestros corazones gracias a su papel de María en ‘Sueños de Libertad’, la serie diaria que triunfa en Antena 3 cada mediodía y que nos traslada a los dramas de la colonia de La Reina. Aunque esta ficción ha hecho que su popularidad aumente a niveles insospechados, se trata de una joven cuya carrera en cine, televisión y teatro lleva años en activo, habiéndonos mostrado una gran versatilidad. Con motivo de su trabajo en ‘Sueños de Libertad’ hemos querido hablar con ella.

¿Cómo está siendo para ti interpretar a María?, ¿qué fue lo que más te gustó de este personaje?

La verdad es que acepté el personaje de María prácticamente a ciegas. Es algo que suele suceder en las series diarias, ya que no hay un guión cerrado de principio a fin, sino que se parte de una premisa muy genérica y tanto la historia como los personajes se van construyendo a medida que avanza la serie. "Serás María, una de las malas", me dijeron. Y esa fue la única pista. "Qué divertido", pensé: siempre me han atraído los personajes oscuros con muchas aristas… Y, ¿qué actor no quiere hacer de villano alguna vez? Enseguida me di cuenta de la complejidad de crear un personaje que admire unos ideales opuestos a los tuyos, de la dificultad de construir una personalidad alejada de ti por la que te odiarán. Del esfuerzo, a veces doloroso, por comprender todo lo que le sucede bajo la superficie, por huir de lo arquetípico y comprometerse hasta el final. Podría decir que lo que más me gusta del personaje de María es lo mismo por lo que a veces resulta agotador: la lucha por encontrar un atisbo de humanidad en lo incorrecto y disruptivo; el reto de que el público empatice, por un segundo, con aquello que es rechazado por sistema.

¿Cuánto hay de Roser en María, y viceversa?, ¿en qué se parecen actriz y personaje?

Siempre digo que María es el personaje que he interpretado más alejado de mi personalidad y escala de valores, pero no por ello deja de haber cierta conexión entre ella y yo. Me resulta imposible pensar que un personaje no tenga impresa la huella del intérprete, de esa forma todos los Romeos serían iguales y todas las Julietas también. Siempre he estado convencida de que el personaje como tal no existe: es únicamente un puñado de palabras escritas en un papel.

El personaje de María no es más que mi punto de vista sobre esas palabras condicionado por un cúmulo de circunstancias dadas por los guionistas. Es una hipótesis a la que hay que dar vida. En este sentido, me gusta hacer el ejercicio de pensar cómo actuaría yo si fuera una chica de clase alta a la que nunca le han dicho que no; si fuera huérfana y hubiera crecido carente de amor, de referentes y de educación emocional; si eso me hubiese llevado a ser caprichosa, inmadura y tuviese poco autocontrol; si viviera de acuerdo con los principios religiosos, machistas y clasistas de una época en la que el valor de la mujer estaba en ser una buena esposa y en la que el divorcio, aparte de ser ilegal, era pecado y era una vergüenza. Si a todo ese contexto le añadimos la lucha de María por sobrevivir a la luz de gas y a la convivencia con la amante de su marido, el resultado es un cóctel molotov. 

María es un personaje controvertido que no siempre hace bien las cosas pero también ha sufrido mucho, ¿te cuesta entenderla?

Para poder interpretar bien a María necesito entender las motivaciones de sus actos, por muy retorcidos que sean, saber los motivos y los objetivos. No me cuesta entenderla porque, tal y como decía, las emociones y decisiones que envuelven a María no me son extrañas teniendo en cuenta sus circunstancias y su falta de recursos. Creo que es importante no juzgar al personaje que interpreto, sino acercarme a él, intentar comprenderlo y defenderlo hasta el final. Al fin y al cabo ya está el público para opinar, juzgar, o ponerle la etiqueta que quiera.

Creo que en el momento en que un actor tiene un juicio de valor muy claro sobre su personaje, su interpretación deja de ser interesante y se convierte en un cliché. En el malo malísimo. En la maldad porque sí. Y nadie piensa de sí mismo que sea malo, todo el mundo actúa por una motivación que cree legítima. Si no hiciera un esfuerzo por entender a María, me estaría perdiendo toda la gama de matices que configuran un personaje complejo que lo hacen, cuanto menos, inquietante. Una de las cosas que más me gustan de los personajes oscuros es preguntarse por qué hacen lo que hacen, plantearse si el malvado nace o se hace. Una cuestión que está muy ligada a la criminología, otra de mis grandes pasiones…

 

 

 

 

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¿Cómo fue el proceso de casting para Sueños de Libertad?, ¿hiciste la prueba para el papel de María directamente?

La escena que me mandaron preparar para la prueba era del personaje de Luz Borrell. No estoy segura de si ya sospechaban que podría interpretar a María, porque recuerdo que ya me pidieron que sacase mucha garra…  Tengo la suerte de haber trabajado mucho con la productora y con el mismo director de casting, y siempre me han dado personajes muy polémicos y muy exigentes emocionalmente. Prefiero no preguntarme por qué… 

¿Esperabais la acogida que ha tenido la serie? ¿Cómo se ha recibido el personaje de María?

Teníamos un gran reto por delante. Éramos conscientes de que Amar dejaba un vacío que era muy difícil de llenar. Ha sido una sorpresa y un alivio. Creo que a la gente le ha enganchado mucho la presencia de personajes femeninos potentes. Mujeres luchadoras de las que se está contando su historia tantas veces silenciada. En este sentido, y aun teniendo su particular sueño de libertad, María contrasta con aquellos personajes que tienen la valentía de romper con lo establecido. María no solo actúa como la pieza discordante que impide que se desarrolle la historia de amor principal, sino que representa una serie de valores arquetípicos de la época de los que ella también es víctima. Con todo esto, tenía muy claro que María no sería el personaje más amado por parte del público.

No siempre es fácil gestionar ser un blanco de odio, pero es importante ser consciente de que uno forma parte de un engranaje colectivo mucho más grande, que es una pieza necesaria para que la historia se cuente y que siempre debe primar la globalidad. Lo interesante para mí ha sido comprobar la disparidad de opiniones que ha suscitado el personaje. Ver que mi trabajo genera debate, que abre preguntas y que no se queda en algo superficial, me emociona muchísimo. Si consigo que María incomode al público, siento que algo estoy haciendo bien. 

¿Te ayudan el vestuario y los escenarios a meterte en el papel?

El espacio es muy importante, pero el vestuario es la piel del personaje y cuenta muchísimas cosas. Hasta que no me veo completamente vestida y caracterizada no tengo una idea completa de lo que voy a hacer. Además, María es una amante de la moda y su vestuario está siempre muy cuidado. Reconozco que lo que más me ha ayudado a construir su fisicalidad y su forma de moverse son los tacones.

Tus compañeras con las que pude hablar me comentaron que no tienen tiempo entre semana de nada, que una serie diaria te exige mucho. ¿Cómo lo vives tú?

Lo vivo con mucho agotamiento. Físico pero también emocional. El personaje que me ha tocado es emocionalmente muy demandante, y son muy pocos los días que regreso a casa sin los ojos hinchados, sin dolor de cabeza y sin los músculos agarrotados. Yo suelo decir que el músculo tiene memoria y que, a pesar de ser consciente de que el estado emocional que has reproducido no es tu realidad, el cuerpo ha pasado por el mismo trauma como si lo fuera. De esa resaca emocional no te puedes escapar. Creo que entender el cansancio y saber gestionarlo es uno de los retos más necesarios en este tipo de proyectos.

¿Cual sería tu papel soñado?

Me encantaría interpretar a Ofelia en 'Hamlet' y a Martha en '¿Quién teme a Virginia Woolf?', de Edward Albee.

Si no hicieses de María, ¿qué otro personaje de la serie te gustaría?

Jesús de la Reina es un personaje con mucho juego que me hubiese interesado interpretar. Pero reconozco que si ahora mismo recibiera el guión de nuevo y me dieran carta blanca para elegir, elegiría a María. Quizá es que ya le tengo demasiado cariño. 

Ahora acabas de rodar 'Tú no eres yo', un proyecto de terror, ¿te gustó la experiencia de rodar ese tipo de género y romper con el drama?

Me encantó. No sé si rompí mucho con el drama porque sigue siendo una película de mucha tensión emocional. Aunque yo la calificaría como un thriller psicológico alejado del terror convencional, la interpretación de situaciones tan extremas requería de mucha implicación física y psíquica. Disfruté mucho del placer de rodar un proyecto con un guión cerrado qe me permitió hilar fino en el viaje del personaje de principio a fin. Saboreé con gusto el proceso de investigación y ensayos, que en una diaria no nos podemos permitir. Fue un descubrir precioso de nuevos compañeros y de un género que nunca antes me había llamado la atención, pero que ahora ya no pienso soltar.