Kiko Jiménez (31 años) no se esperaba ser el expulsado de la noche. Estaba muy convencido de sus posibilidades para llegar a la final del concurso. Confiaba en su encanto y, por supuesto, en el cariño que despierta su novia, Sofía Suescun, entre el público. Se lo dijo a Sandra Barneda cuando se enfrentó a Blanca Manchón. "Quien se queda ha conseguido un 54% del apoyo y un 46% quien resultaría ser expulsado o expulsada. El público de ‘Supervivientes’ con sus votos en la app de Mitele ha decidido que la salvada sea Blanca", comunicó la moderadora del debate.
Entre lágrimas, Kiko Jiménez aseguró que le daba mucha pena. "He sentido lo que dices de que he aprovechado la oportunidad, pero no puedo evitar que me dé pena. Este sitio, aunque lo odias, también le coges cariño. Es muy duro, pero cuando es tan duro te das cuenta de lo bonito que es y de los sentimientos que puedes sentir aquí. Es increíble, es precioso y he vivido cosas maravillosas", confesó emocionado.
Una vez asumida la derrota, el robinson ha empezado su vida fuera del programa más extremo de Telecinco: se ha dado una buena ducha y un festín digno de reyes a cargo de la organización. Tortilla de patatas, gazpacho, croquetas y algún que otro delicioso postre.
Gracias al manjar ha recuperado las fuerzas para seguir dando guerra y opinar sobre los salvados de ‘Supervivientes’. Por algo ha acaparado tantas horas de protagonismo dentro del programa. Hay que recordar que ha estado metido en todos los fregados, incluso fue el culpable de que saliese a la luz el triángulo amoroso de Gorka Ibarguren, su novia, Andrea, y la otra robinson Marieta.
"Creo que esta vez he hecho mejor concurso que en la anterior edición. Era más inmaduro y esta vez he sabido exprimirlo mucho mejor", fueron sus primeras palabras tras conocer la decisión de la audiencia. Por eso cree que esta salida es lo más injusta: "Creo que deberían haber salido otros compañeros antes que yo. Por ejemplo, Arkano, un mueblaco; Torres, muy básico y más de lo mismo; o Gorka, muy superviviente pero ya venía aprendido de casa", ha dicho muy consciente del tsunami que podrían causar sus opiniones entre los concursantes o entre sus familiares, a los que se tendrá que enfrentar en el plató de Telecinco a su llegada a España.
Para la única que ha tenido buenas palabras es para su compañera Marieta, a la que ve clara vencedora de la vigente edición de ‘Supervivientes’. "Tengo una ganadora claramente. Y es Marieta porque ha tenido una evolución brutal, la mejor sin duda. Llegó aquí siendo una niña de mamá, que no sabía ni hacerse un huevo frito, y se va siendo una grandísima superviviente", ha confesado en su opinión Kiko Jiménez.
A su regreso a España no solo se reencontrará con su novia, Sofía Suescun, a la que está deseando volver a ver después de su encuentro en Honduras. También tendrá que enfrentarse a Andrea, la novia de Gorka Ibarguren. Fue él quien sacó a la luz los besos entre el concursante y Marieta hasta que este tuvo que pedir perdón delante de las cámaras de ‘Supervivientes’ por lo que había pasado.
Kiko Jiménez, a los servicios de ‘Supervivientes’
También tendrá que verse las caras con Laura Matamoros, su gran compañera desde el principio de la edición y con la que no terminó precisamente bien. Él mismo lo reconoció: "Mi momento más complicado en esta edición ha sido, sin duda, la polémica que tuve con Laura Matamoros porque es una persona a la que quiero y tengo cariño y verme en esa situación fue bastante duro".
De esto ha opinado, también, el propio padre de la superviviente. Kiko Matamoros no ha tenido buenas palabras para él. "Vamos a ver, todos los espectadores se quedaron a cuadros con el final del programa. No fue por falta de tiempo. Kiko Jiménez ha jugado durante toda la edición un papel de correveidile, de pirómano del concurso, siguiendo las órdenes de Honduras. Era el quinto columnista que ha utilizado la dirección de 'Supervivientes' para avivar el fuego de la hoguera, hacer brotar a los concursantes", ha dicho en ‘Ni qué fuéramos shhh’, asegurando además que, como compensación, seguro que Kiko Jiménez esperaba que la organización le permitiera llegar al final de la edición.
"No creo que haya un pacto explícito, pero es cierto que Roma no paga a traidores. Era muy inconsciente, por su parte, pensar que después de haber cumplido sobradamente los servicios requeridos no le dejarían llegar al final. Pero se ha excedido con el papel y al final ha acabado en la calle. Tras la votación, la productora entendió que no era el momento de dejarle que entrara en brote y, por ello, hayan desplazado la salida de Kiko por lo que pueda llegar a contar", ha finalizado.