'First Dates' vuelve a abrir sus puertas. Esta vez, entre las muchas parejas, cenaron dos octogenarios con ganas de volver a encontrar el amor. Pepe, de 82 años, llegaba desde Sevilla. Quería encontrar a una mujer que fuera cariño y simpática. "Que tenga, más o menos los mismos gustos que yo", aseguró. Está acostumbrado a tener una compañera y eso es lo que quiere: "Alguien con quien convivir, con quien salir a comer los fines de semana e ir al cine o al teatro". Carmen, de 83, acudía con la misma intención. Juntos protagonizaron una de las citas más tiernas que se recuerdan del dating show.
Pepe hizo alarde de forma física. "Esto es el resultado de hacer ejercicio todos los días. Ando ocho o diez kilómetros todos los días. Eso y comer bien, mucha fruta y yogur", confesó. Carmen, al llegar, aseguró estar "lo mejor posible" con una sonrisa tímida. Llegaron a 'First Dates' 'empujados' por amigos comunes y con la esperanza de acabar con esa soledad que acompaña a muchas personas mayores. La primera impresión fue buena. Solo hubo un impedimento: la distancia.
Él viajó desde Sevilla. Ella, desde Granada. Sin embargo, ninguno es andaluz de nacimiento. Carmen es manchega, pero abandonó su tierra natal a los 22 años. "Desde que me casé he vivido en distintos sitios. Siempre por el trabajo de mi marido", dijo. Lo llamativo es que cuando parecían haberse asentado en Granada, después de la jubilación de este, su marido dio la relación por acabada. Pepe es valenciano y también se trasladó por trabajo. Con él viajaron hasta Sevilla la que era su mujer y sus cuatro hijos. Pero poco después se separaron. Su primera mujer volvió a Valencia con los niños. Él se quedó en la capital andaluza con su nueva mujer, con quien tiene dos hijos. "Suelo ir mucho a Valencia a ver a mi familia", apuntó.
El porqué había acabado su primera relación estaba claro, pero Carmen no sabía que había ocurrido con la segunda así que le preguntó. "Falleció hace seis años. Soy viudo desde entonces", respondió. Hablaron de sus gustos y sus costumbres. Fue cuando Pepe confesó qué es lo que hacía cada mañana al salir de casa. "Cada vez que atravieso la puerta le doy gracias al señor por darme un día más y uno con salud", le dijo. Esta simple afirmación supuso mucho para Carmen. "Lo pedí creyente y creyente eres", dijo con una sonrisa. "Yo puedo saludar a una persona agradable, pero sin esa convicción, sin esos valores y ese objetivo... Que no", confesó a las cámaras de 'First Dates'.
Carmen y Pepe estuvieron cómodos en todo momento y los halagos fueron una constante. "Todo lo que me estás diciendo, me encanta. Tu forma de ser me gusta", le dijo ella. "Y a mí la tuya. Eres una señora de pies a cabeza", respondió él. Fue entonces cuando la manchega se emocionó. "Los elogios me afectan mucho. Soy muy sensible", reconoció. Pepe quiso que se sintiera reconfortada y le dejó claro que él también es de emocionarse.
Llegó el momento de la decisión final y las buenas palabras continuaron. "No esperaba encontrarme a alguien tan completa como tú, toda una señora", dijo mientras ella respondía con un "gracias". Les dio reparo llamarlo segunda cita, pero dijeron 'sí' a mantener el contacto. "La distancia es un handicap, pero si hay intención y ganas de verse, uno siempre hace un esfuerzo", comentó él. Se levantaron y se fueron juntos de la mano.