El Vall del Lord no es uno de los siete reinos de ‘Juego de Tronos’, aunque por nombre y localizaciones habría podido serlo perfectamente. Al noroeste del Solsonès, inspira por sus bellos paisajes prepirenaicos, por las antiguas fortalezas y criptas que salpican sus montañas, por los bosques de atmósfera mágica, los pequeños pueblos de aire medieval y por algunas de las joyas del barroco catalán.
UNO DE LOS PAISAJES MÁS SILENCIOSOS DE CATALUÑA
En pleno corazón de la Cataluña interior, el Vall de Lord es todavía un destino por descubrir. Se trata de uno de los valles más pequeños del país y sus bosques a menudo se esconden bajo un mar de nubes. Los esquiadores que acuden cada invierno a Port del Comte conocen bien la zona, que durante el resto del año es ideal para disfrutar de una frondosa y variada vegetación. Aunque el principal regalo que brinda la naturaleza aquí es el silencio, ese bien del que suelen andar tan escasos hoy en día otros destinos masificados. Para hacerse una idea en un solo vistazo del entorno, lo mejor es llegar hasta la Creu del Codó, uno de los miradores más espectaculares de la zona. El otro tesoro es el trato que dispensan los pocos habitantes de los municipios de La Coma y La Pedra, Guixers, Coll de la Pera, Navés y Sant Llorenç de Morunys, que integran el Vall de Lord.
EL BARROCO CATALÁN TAMBIÉN EXISTE
El barroco es la cenicienta de los principales períodos artísticos catalanes… Hay todo un patrimonio que se está recuperando del olvido y que aguarda para su disfrute. En concreto, en el Solsonès se pueden descubrir auténticas joyas del barroco catalán. La comarca ha podido conservar una parte importante de este patrimonio, en parroquias y santuarios que ocupan los entornos rurales. Para conocer bien este período, hay que acercarse primero a Riner.
Allí, hay que visitar el Santuari del Miracle, pues guarda en su interior un bello y espectacular retablo dorado que logrará sorprender, sin excepción, a los visitantes. Además, es el único retablo del periodo que ha sido perfectamente restaurado. Finalmente, el centro de interpretación ‘Solsonès Barroc’ muestra al visitante los detalles del contexto de esta importante época.
UN ROMÁNICO CON CORAZÓN BARROCO
Una vez visitado el Espacio Barroco, es momento de conocer una de las joyas más importantes del barroco catalán. Para ello hay que ir hasta Sant Llorenç de Morunys, a menos de una hora en coche de Riner. Además de ser una estupenda base de operaciones para conocer los lugares más importantes del valle, el pueblo conserva su encanto medieval. La carretera bordea el antiguo entramado original y desde ella se divisa rápidamente la torre del campanario de la Iglesia Parroquial de Sant Llorenç de Morunys, construida en estilo románico lombardo, en torno a 1019. Pero es dentro donde destaca la capilla de la Mare de Déu dels Colls, una de los ejemplos canónicos de lo que fue el periodo barroco en tierras catalanas. Por supuesto, la gastronomía es el otro de los patrimonios del valle. Aquí a las patatas se las llama ‘triunfo’ y tienen fama por su singular sabor. Las patatas son la base del riquísimo y contundente trinxat de la zona o acaban acompañando platos estrellas como la butifarra negra con cebolla dulce del restaurante Cal Tecu. A escasos kilómetros de Sant Llorenç de Morunys, algunos de los platos del menú degustación de Cal Joan del Batlle son la puerta de entrada para saborear el Vall de Lord.
UN MUSEO PARA DOMINAR TODO EL VALLE
Precisamente, anexo al claustro del conjunto parroquial de Sant Llorenç de Morunys, se encuentra el Museo del Valle de Lord, que es el único centro de interpretación sobre el valle. Cuatro materiales distintos estructuran el recorrido por el museo: la madera, el yeso, la piedra y el algodón. Es a través de ellos que se explica por ejemplo, que las grandes extensiones de bosques de la zona dieron la madera suficiente para construir los maravillosos retablos barrocos o que el valle fue hace unos 40 millones de años un arrecife coralino tal como demuestran algunos restos fósiles que se exponen en las salas. Hay visitas guiada gratuitas por el museo los sábados y domingos. Los más pequeños podrán disfrutar de actividades especiales para que se diviertan con la visita.
UN MIRADOR PARA LUCIRSE EN INSTAGRAM
Muy cerca de Sant Llorenç de Morunys, está el Santuario de la Virgen de Lord. Aparte de ser una bella iglesia neoclásica, el peñasco sobre el que se levanta se convierte en un mirador privilegiado con vistas a la sierra de Busa, al río Cardener y al embalse de la Llosa del Cavall. Como es visible desde muchos puntos del Vall de Lord, está considerado como un verdadero faro del valle. Se trata de un enclave de importancia religiosa y protagoniza una de las excursiones más populares por los alrededores. Es posible aproximarse en coche o bien seguir una ruta a pie que parte desde la ermita de Sant Sadurní del Grau.
EL KAYAK ES EL DEPORTE DE MODA
Construido en los años noventa, este pantano vino a dar nuevos aires turísticos al Vall de Lord. Por su ubicación, y en especial por sus aguas increíblemente turquesa, se ha convertido en uno de los principales atractivos para visitar esta zona a partir de primavera, cuando el buen tiempo anima a la práctica de deportes de agua. No por nada, está considerada como una de las mejores zonas de Cataluña para hacer kayak. También es cada vez más frecuente ver a gente haciendo paddle surf o familias que prefieren las pocas complicaciones de un simple (y divertido) patinete a pedales.