El palacio de Dueñas, en pleno centro de Sevilla, fue el mágico escenario en el que la única hija de la duquesa de Alba, Eugenia Martínez de Irujo, vivió uno de los días más especiales de su vida: su puesta de largo.
Muy unida al palacio de Dueñas
Tanto Cayetana como Eugenia siempre han estado muy vinculadas a la capital andaluza y aunque el palacio, a día de hoy, pertenece a Fernando Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, duque de Huéscar –se lo dejó en herencia su abuela, la duquesa de Alba–, la verdad es que Eugenia sigue alojándose allí siempre que viaja a Sevilla. Es un palacio al que le tiene mucho cariño y al que se siente muy unida, pues muchos son los recuerdos que atesora entre sus paredes y sus patios.
También era el palacio favorito de su madre, Cayetana. Allí se casó con su último marido, Alfonso Díez, aquel día en que todos recordamos a la duquesa cuando salió a las puertas de palacio para saludar a la prensa y a los muchos admiradores que sentían que Cayetana era una sevillana más y, ni corta ni perezosa, se descalzó y se puso a bailar. La duquesa tenía 85 años, 24 más que Alfonso Díez, y unas inmensas ganas de vivir.
Eugenia, con su madre, Jesús Aguirre, y tres de sus hermanos, Cayetano, Fernando y Carlos.
Más de mil invitados
Tenía 18 años cuando Eugenia celebró en Dueñas su puesta de largo, esto es, la fiesta en la que Cayetana de Alba presentaba a su hija en sociedad. Fue una fiesta gitana, en la que las mujeres vistieron trajes de flamenca y los hombres, el clásico esmoquin. Eugenia estaba preciosa con un traje en seda negra con fruncido en el pecho diseñado por la firma Godelia.
En total, hubo más de mil invitados y así lo contaba la revista Lecturas: "El palacio de Dueñas de Sevilla ha sido el brillante escenario de la puesta de largo de Eugenia Martínez de Irujo, la menor de los hijos de la duquesa de Alba. Más de mil invitados acompañaron a Eugenia en el día de su presentación en sociedad".
Un vals con Jesús Aguirre
En este día tan especial para Eugenia, la actual duquesa de Montoro abrió el baile con el que era, por aquel entonces, el duque de Alba, Jesús Aguirre, segundo marido de su madre. "Cuando llegaron las dos de la madrugada y a los compases de un romántico vals, Eugenia abrió el baile con su padrastro, Jesús Aguirre", explicaba Lecturas.
Con los años supimos que Jesús Aguirre no fue precisamente un buen padrastro para los hijos de la duquesa, por su rigidez y por su temperamento autoritario. Tanto Eugenia como su hermano Cayetano revelaron que Jesús Aguirre fue lo peor que pasó en sus vidas. Eugenia dijo de él que "ha sido muy malo, cero humano" en el programa de Jesús Calleja 'Planeta Calleja'.
Mejor se lo pasó Eugenia, sin duda, cuando bailó con su hermano Cayetano, el menor de los hijos varones de la duquesa de Alba y con el que Eugenia se llevaba mejor por la cercanía de edad. Pese a que durante años, Eugenia tenía en Cayetano a su hermano favorito –fue su padrino en su boda con Fran Rivera– en la actualidad están más distanciados.
La única hija de la duquesa de Alba bailó con su hermano Cayetano.
Un caballo llamado Garbancero
Eugenia, desde niña, ha sido una gran enamorada de los animales, afición que sigue teniendo, como todo el mundo sabe. Por ese motivo, en ese día tan especial para ella, a nadie le extrañó que recibiera como regalos dos ejemplares del mundo animal, un caballo y un cerdito.
"Al inicio de la fiesta, le fueron entregando a Eugenia algunos de los regalos, entre los que destacaba un precioso caballo de 17 meses de edad llamado Garbancero", relataba la revista Lecturas. El animal, majestuoso, comenzó a recibir los mimos y las caricias de Eugenia desde el primer momento. La hija de la duquesa de Alba monta a caballo desde niña, afición heredada de su madre y que su hermano Cayetano convirtió en una profesión.
Cn el cerdito que recibió como regalo.
Un cerdito con pañales
Claro que si hubo un regalo que llamó la atención de todos fue el que le hicieron un grupo de amigos. "El momento más espectacular se produjo cuando un grupo de amigos la obsequiaron con un pequeño cerdito, al que le habían colocado unos pañales. 'Lo acabamos de bañar y perfumar', le decían a la homenajeada en tono jocoso". Eugenia se derritió con el cerdito, al que tomó en brazos como si fuera un bebé.
Era su primer cerdito, ya que, años más tarde, adoptó otros dos cerdos, Pincho y Bacon, que llegaron a su casa siendo unos pequeños cerditos y acabaron siendo unos animales enormes de 80 kilos de peso. A finales de 2023, Eugenia compartió en sus redes sociales que Pincho había pasado a mejor vida por culpa de una neumonía, lo que supuso un gran disgusto para la duquesa de Montoro. Además de los cerdos, Eugenia tiene dos burros y varios perros, todos adoptados y a los que quiere con locura.
María Jiménez, entre las invitadas a la puesta de largo
La cantante María Jiménez fue una de las invitadas.
La popular cantante sevillana María Jiménez –fallecida de cáncer el año pasado–, íntima amiga de Cayetana, fue una de las invitadas a la fiesta del palacio de Dueñas. María había vivido la gran tragedia de su vida apenas dos años antes, cuando su hija Rocío falleció víctima de un accidente de tráfico con solo 14 años.
A María no le gustaba hablar de ese tema. La inesperada muerte de su hija la sumió en una profunda depresión. "Tuve una hija preciosa, que no me gusta hablar de este tema porque me pongo muy triste, porque igual que Dios me la dio, me la quitó", declaró años después en TVE, en el programa 'Lazos de sangre'.
Seguro que María Jiménez, en ese día al que asistió a la puesta de largo de la hija de su amiga Cayetana, fantaseó junto a la duquesa sobre cómo hubiera sido la puesta de largo de su pequeña Rocío, una fiesta que no pudo ser pero que habría llenado de orgullo a la malograda cantante sevillana.