El Arzobispado de Burgos no ha esperado mucho más para excomulgar a las monjas rebeldes de Belorado. Tal y como ha señalado Europa Press en un comunicado, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha declarado la excomunión de las diez monjas clarisas de Belorado tras decretar que se separan "voluntariamente" de la Iglesia Católica. Así lo afirmaron ayer en un comunicado emitido por burofax en el que desestimaron comparecer ante el Tribunal Eclesiástico del Arzobispado de Burgos por no reconocer su autoridad. Esta decisión implica que las monjas son excluidas de la comunidad eclesial y se les niega la participación en los sacramentos como la Eucaristía, la confesión o la unción de los enfermos.
Se les acabó el tiempo
Diez de las monjas rebeldes de Belorado estaban llamadas a declarar ante el Tribunal Eclesiástico por un delito de cisma del que se las acusa. Aun así, han decidido no presentarse en el tribunal y su plazo para cambiar de opinión ha terminado. Según la información recogida por Europa Press, en el burofax emitido las monjas reconocen su "desvinculación" de la Iglesia conciliar del pasado 8 de mayo. Las religiosas firmaron el Manifiesto Católico ante notario, haciéndolo público el 13 de mayo y notificado fehacientemente el día 14 de mayo, a lo que añaden que se han "ratificado todas y cada una" de las religiosas. Tal y como notificaron mediante burofax al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, su decisión de abandonar la Iglesia católica es "unánime e irreversible". Las religiosas explicaron en su comunicado que no temen "a quienes puedan matar el cuerpo, un por medio de coacciones, imposiciones o bloqueos de suministros, pero nada puede contra el alma".
La tajante decisión del Arzobispado de Burgos
En consecuencia, al arzobispo de Burgos, Comisario Pontificio y Representante Legal de los Monasterios de Belorado, Orduña y Derio ha comunicado el Decreto de declaración de excomunión y la Declaración de expulsión ipso facto de la vida consagrada a todas y cada una de las diez hermanas que han incurrido en el cisma. Las religiosas han señalado en numerosas ocasiones que su decisión de abandonar la Iglesia católica es "libre y personal". Además, el Arzobispado ha detallado que la Declaración de excomunión es una acción jurídica considerada por la Iglesia como una medida "medicinal, que mueva la reflexión y a la conversión personal".
"La iglesia muestra siempre sus entrañas de misericordia y, como Madre, está dispuesta a acoger a sus hijos que, como el hijo pródigo, confían en la misericordia de Dios y emprenden el camino de vuelta a la casa del Padre", señala el comunicado del Arzobispado a los medios. Aunque esta medida se aplica sobre la mayoría de las monjas rebeldes, el Arzobispado de Burgos ha señalado que todavía existe comunidad monástica formada por aquellas cinco hermanas mayores y otras tres que no han incurrido en excomunión, al no haber secundado el cisma. Tal y como ha anunciado, aunque no se encuentran en el monasterio en este momento, pertenecen a la comunidad al estar incardinadas en ella. Además, el Arzobispado ha señalado que las hermanas mayores son una "prioridad" en sus preocupaciones. Por ello, la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu ha previsto la forma de atender inmediatamente a estas religiosas en el mismo Monasterio de Belorado.
El proceso de excomunión de las religiosas
El proceso para ser excomulgadas es unipersonal tal y como recoge el Código de Derecho Canónico. Aunque el Arzobispo de Burgos, Mario Iceta, haya tomado esta decisión, lo cierto es que tardará unos días en hacerse posible. Además, la excomunión no es una condena perpetua. De hecho, puede levantarse si la persona excomulgada muestra su más sincero arrepentimiento y, posteriormente, lleva a cabo las acciones que rectifiquen su falta. Tal y como señala la Iglesia, el proceso de excomunión es un recordatorio de la fe católica así como, también, una oportunidad para el crecimiento espiritual y la transformación personal. Aun así, el Código de Derecho Canónico define la excomunión como la "pena más grave" que la Iglesia puede imponer tras ser una "separación formal de la comunidad eclesial".
Esta decisión implica que las monjas son excluidas de la comunidad eclesial y se les niega la participación en los sacramentos como la Eucaristía, la confesión o la unción de los enfermos. En líneas generales, la excomunión señala que dejan de pertenecer a la religión católica. El canon 731 del Código de Derecho Canónico recoge que "cometer apostasía, herejía o cisma" incurre en excomunión "latae sententiae". Después de que el arzobispo de Burgos haya hecho pública su excomunión y se lo haya comunicado personalmente a cada una de ellas, se tiene que anunciar también en en la parroquia de Belorado. Para el conocimiento de todos y cada uno de los creyentes en la santa fe, la noticia debe constar también en el tablón de la comunidad parroquial. Además, debe ser publicada en el Boletín Oficial del Arzobispado.