La gimnasta prodigio, Simone Biles, ha vuelto al mundo del deporte con una nueva perspectiva tras una importante pausa en su carrera profesional. La joven estadounidense de 27 años abandonó la modalidad de gimnasia artística por completo tras su participación en los Juegos Olímpico de Tokio (2020). Aunque la carismática Biles muestra siempre su lado más positivo, lo cierto es que afrontaba desde hace años una serie de problemas de salud mental derivados del estrés y la ansiedad.
La historia de Simone Biles
La historia de Simone Biles no solo está marcada por una serie de triunfos olímpicos. Es cierto que suma 37 medallas entre campeonatos internacionales y ha pasado a ser una de las mejores gimnastas del mundo tras convertirse en la primera estadounidense en lograr cuatro oros en unas olimpiadas, pero, aun así, su historia va mucho más allá. Biles, hija de padres alcohólicos, no tuvo una infancia nada fácil. La niña prodigio creció sin la presencia de sus padres biológicos tras ser adoptada y criada por sus abuelos. Desde que comenzó sus andaduras en el mundo del deporte tuvo que hacer frente a una oleada de comentarios racistas por su color de piel. Una vez llegó al deporte de élite, la presión se convirtió en su peor enemiga debido a la enorme expectación que generaban sus ejercicios. Por si fuera poco, durante su carrera profesional, fue una de las víctimas de Larry Nassar, condenado por abusos sexuales mientras ejercía como médico para la Federación de Gimnasia de Estados Unidos. "No quiero que ningún otro joven deportista olímpico o ningún otro individuo sufra el horror que yo y que otros cientos han soportado y continúan soportando hasta hoy", señaló Simone en una de las vistas del juicio que condenaban a 175 años de prisión al sanitario.
Pese a los numerables sucesos y momentos difíciles que han marcado su vida, Biles siempre se ha mostrado públicamente con una gran sonrisa. Aun así, todo cambió tras su paso por los Juegos Olímpicos de Tokio. De hecho, la medallista olímpica tuvo que abandonar la final por equipos y las finales de otras cuatro categorías más a las que renunció por problemas de salud mental. Los juegos de Tokio se convirtieron en uno de los peores momentos de su vida en los que además echaba en falta el apoyo de su familia que no pudo estar presente por las restricciones de la COVID-19. Sus seres queridos eran, también, un aliciente que la impulsaba a seguir adelante. De hecho, la joven comparte un ritual único con su madre antes de cada competición que, de alguna forma, la llena de seguridad y confianza. Nellie, su madre, siempre le prepara el peinado a su hija. Es algo que describe como "especial", pese a que Simone sea toda una adulta. Aun así, no pudo trenzarle el pelo en los juegos de Tokio. Además, durante aquella competición, la gimnasta sufrió lo que se conoce como 'twisties'. Es decir, una condición que dificultaba a la joven realizar movimientos aéreos debido a la pérdida temporal de su conciencia en el aire durante los giros. Esta afección es un bloqueo mental que repercute en la ejecución de ejercicios ya que el cerebro y el cuerpo no permanecen conectados ni sincronizados.
Simone ha señalado que en aquellos juegos "sentía el peso del mundo encima", por lo que tuvo que decir adiós al deporte que más quería por un tiempo. La Federación de Gimnasia de Estados Unidos no tardó en aplaudir la importante decisión que marcaría sus próximos años de vida con un antes y un después. "Apoyamos de forma incondicional la decisión de Simone y aplaudimos su valentía al dar prioridad a su bienestar", señaló en un comunicado. También recibió el mayor de los apoyos por parte de su familia. Su madre, Nelly, asegura que la salud y el bienestar son prioridades en esta vida. Aun así, de forma simultánea, la gimnasta olímpica también recibió un aluvión de críticas de quienes no comprendían su situación ni su decisión. La joven no tardó en manifestar públicamente ese doloroso sentimiento que tanto la atormentaba. "Venir a los Juegos Olímpicos y ser la estrella principal no es una tarea fácil. Creo que la salud mental prevalece más en los deportes. Tenemos que proteger nuestras mentes y nuestros cuerpos y no solo salir y hacer lo que el mundo quiere que hagamos. Es una mierda cuando estás peleando con tu propia cabeza", explicó en aquel duro momento que atravesaba. A partir de ahí, comenzó la construcción de lo que sería una nueva Biles más fuerte y segura de sí misma. Es la propia gimnasta quien narra su proceso de recuperación en el documental 'Simone Biles Rising' elaborado por Netflix.
Su impecable regreso
Después de dos años sin competir, Biles reapareció en el Mundial de Gimnasia de Amberes en octubre de 2023. Sus impecables ejercicios no dejaron indiferente a nadie. De hecho, la gimnasta no se fue con las manos vacías. Biles se hizo con el oro de equipos, otras tres medallas doradas individuales y consiguió una plata. Tras la competición, Simone apareció con una gran sonrisa de mejilla a mejilla y un estado de ánimo que brillaba por sí solo. La joven terminó el campeonato con más seguridad en sí misma que nunca. "Quiero seguir persiguiendo los objetivos que puedo lograr. Este año hago las cosas un poco diferentes a como las hice en el pasado, creo que está funcionando y lo mantendré en secreto", señaló tras el mundial. Su cambio fue el resultado de un duro trabajo con expertos.
También Jonathan Owens, jugador de fútbol americano, tuvo un papel fundamental en la recuperación de Biles. Ambos se casaron en abril de 2023 poco después de conocerse en una aplicación de citas. Su siguiente objetivo profesional lo tenía claro entonces y parece que lo está abordando a la perfección desde hace días: los Juegos Olímpicos de París 2024. Su primera aparición, de lo más esperada, ha sido aplaudida por todos los presentes. Sin duda alguna, la gimnasta ha regresado a los juegos por todo lo alto con la intención de hacer historia. Su seleccionadora estadounidense, Chellsie Memmel, ha corroborado que la vuelta de Biles al deporte de élite ha sido de lo más positiva. "Creo que ahora mismo ella está en un buen momento y vuelve a estar encantada con la gimnasia. Lo está disfrutando y creo que esto es una redención para ella", señala Memmel. Será cuestión de tiempo que se haga con un nuevo oro y se sitúe en lo más alto del pódium.