Última sesión del juicio contra Rafael Amargo en la Audiencia Provincial de Madrid. Y ha sido su turno. El controvertido bailarín, en su testificación ante el juez, ha negado rotundamente que vendiera droga desde su vivienda, explicando que es "totalmente falso" el discurso de la Policía Nacional y de la Fiscalía que solicita una pena para él de 9 años, en una pieza de la 'Operación Córax' antidrogas en la que, ha dicho, la emboscada urdida es "que dejase de trabajar" y confesara un delito continuado contra la salud pública que no ha cometido. "Han intentado matarme con este juicio", ha sido su cita más visceral.
Así pues, en la jornada de este viernes del mediático juicio que acusa al intérprete de 'Yerma', Rafael se declara inocente, de la misma forma que Eduardo de Santos -productor de sus espectáculos- y su socio empresarial Manuel Ángel Batista, acusados de venta de diferentes sustancias ilegales en nuestro país como grupo organizado que operaba desde el piso del granadino, en el concurrido barrio de Malasaña de la capital madrileña.
Respuestas atropelladas a preguntas muy claras
Su alegato final ha sido muy contundente, aunque no tanto como cuando su propio abogado ha ido preguntándole a su representado por cada una de las acusaciones que se han argumentado durante el juicio. Su testimonio, en este caso, ha sido tan atropellado y difuso que le ha tenido que rogar, en varias ocasiones, que se ciñera a las preguntas y "se centrara" en lo cuestionado.
"Yo soy más coloquial, yo soy como Lola Flores" y "es que soy muy teatral", ha sido, seguramente, la cita más controvertida del artista de 49 años tras negar sin titubear que no es (ni ha sido) traficante de drogas en Madrid.
Está convencido de que es como Lola Flores
Pero más allá de esta anecdótica cita donde el artista se cree un genio -se compara ni más ni menos con La Faraona- el artista, aún siendo consciente de la gran cantidad de escuchas telefónicas que le acorralan así como otras evidencias, también ha sentenciado en sede judicial: "No ha ido nadie en la vida a comprar", por lo que evidentemente no podía usar 'mulas' para distribuir la droga. "Eso es totalmente incierto".
Por otro lado, conforme al sospechoso ajetreo de personas saliendo y entrando de su casa descubierto por los agentes de policía, el andaluz ha explicado, sin atropellarse en esta ocasión, que se debía a los muchos ensayos que se hacían en su vivienda por ser céntrica, y que la llamada telefónica sobre el alquiler de un trastero era porque sí que era cierto que buscaban ubicación para el lavado y secado de los vestuarios de sus espectáculos. También ha querido dejar muy claro que la balanza que se le intervino el día de su sonado arresto la llevaba para pesar la droga que usaba para su autoconsumo.
Le han "arruinado la vida"
Las últimas sentencias del coreógrafo han sido muy humanas, a las que su rostro de desesperación han acompañado. Y es que ha dejado muy claro a los asistentes al juicio que en los últimos cuatro años, desde que fuera detenido en 2020 y encarcelado posteriormente de forma preventiva, le han "arruinado la vida". Ahora, ha expresado, está "supercontento" por poder decir "la verdad y nada más que la verdad".
En un terreno todavía más personal ha entrado el artista cuando ha querido informar al juez, acusación y fiscalía de que está "feliz" de haber ido a 'Proyecto Hombre' y estar desintoxicándose. Algo que, objetivamente, nada tiene que ver con el juicio por el que el bailarín ha tenido que sentarse esta semana en el banquillo.